Derecho de servicio migratorio

Sigo sin entender el nulo interés al turismo que demuestran todos los poderes en esta administración federal actual y para muestra basta un botón, después de exterminar el consejo de promoción turística de México (CPTM) órgano encargado de la promoción internacional; la Cámara de Diputados ha aprobado un alza del 98% en los derechos migratorios … Leer más

Sigo sin entender el nulo interés al turismo que demuestran todos los poderes en esta administración federal actual y para muestra basta un botón, después de exterminar el consejo de promoción turística de México (CPTM) órgano encargado de la promoción internacional; la Cámara de Diputados ha aprobado un alza del 98% en los derechos migratorios a través de la reforma a la ley de los mismos, la cual espero no sea aceptada por el Senado de la República.

Le explico para que lo vea más claro, todo turista que no sea mexicano debe pagar el derecho de servicio migratorio (DSM) que actualmente cuesta 77.9 pesos, mientras que el derecho de no residente (DNR) sale en 558.26. Esta reforma a la ley federal considera se pague por el primero 380 y por el segundo 885 pesos, es decir, los viajeros extranjeros deberán pagar por derechos migratorios mil 265 al momento de adquirir un boleto de avión redondo, lo cual es mucha la diferencia de los 636.17 que se pagan actualmente.

Debido a esta garrafal idea, el Consejo Coordinador Empresarial, la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), el Consejo Mexicano de Transporte y la Asociación Nacional de Hoteles y Moteles entre otros, solicitaron a la cámara alta detener esta atrocidad que aparte de poner en desventaja a nuestro sector, sería la estocada final al sector turístico del país mismo que aporta casi un 9% del producto interno bruto.

Si esta reforma de ley lograra caminar, México se convertiría en el país con los impuestos más elevados para turistas extranjeros que ingresen a territorio nacional, por consiguiente las tarifas aéreas aumentarían y nuestra competitividad turística estaría muy débil ante otros destinos turísticos cercanos.

Anteriormente el DNR significaba para las arcas federales cerca de 6 mil millones de pesos, etiquetados para la realización de promoción turística y para el financiamiento del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur). Desafortunadamente y acompañado de la llegada de una supuesta política de austeridad de nuestro actual presidente, se decidió que los recursos del DNR se destinen a una de las grandes necedades presidenciales, la construcción del Tren Maya, mismo que desde mi punto de vista no justifica por ningún motivo su futura existencia eso sin contar los posibles daños que puede causar al ecosistema de la zona.

Y como es de esperarse, la visión de nuestro secretario de Turismo, Miguel Torruco Marqués, descarta una baja de llegadas de turismo internacional en caso de aprobarse el aumento a dichos impuestos. Comentó también su respeto a este planteamiento proveniente de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Sigo soñando en que algún día de este sexenio mi querido amigo Miguel deje de adular al presidente y responda a estas decisiones como se debe haciéndole ver al presidente sus errores. Estoy seguro que en su conciencia lo sabe pero su ciega lealtad no se lo permite.

Los efectos inmediatos al momento de tener este incremento según el comunicado de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles son los siguientes:

  1. Disminución de competitividad de México como destino turístico o de negocios lo que podría ocasionar que en la realidad, no se logre la recaudación esperada ante la inminente disminución de la afluencia turística internacional.
  2. Nuestro entorno económico actualmente es de una desaceleración global, punto que repercutiría de manera más que proporcional en una importante disminución de los flujos de turistas internacionales ya que en un entorno de recesión o incertidumbre, el gasto turístico es el primer concepto que se cancela o reduce en las carteras de los viajeros.
  3. Si observamos nuestra competitividad turística internacional, está claramente estancada y disminuida por diversas razones lo que se viene reflejando en menores tasas de ocupación, punto que indica claramente no es el mejor momento para la toma de este tipo de decisiones.

Como podrá darse cuenta nuestro gobierno y su cuarta transformación siguen empeñados en acabar con lo que funcionaba para la industria más noble de México, la turística; lo peor es que como lo mencionaba anteriormente y lejos de todas estas consecuencias la política turística sigue sin aparecer en la agenda prioritaria nacional.

No está por demás revisar todos los índices mundiales para darse cuenta que no se están haciendo bien las cosas, espero sinceramente que todo esto retome curso y camino ya que de seguir así caminamos directamente al fracaso económico total.

Pues así las cosas y aunque no lo crea, sigo siendo institucional y esperando de corazón que a nuestro presidente de la República le vaya muy bien en su gestión. Hasta la próxima.




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