Susana Salinas, una mujer que lo da todo en el arte

Oriunda de Querétaro pero orgullosamente zacatecana, Susana Salinas creció en esta tierra desde los 3 años rodeada de seis hermanos y sus padres. Se formó en escuelas públicas y desde pequeña “rayoneaba” las libretas, sin saber que se enamoraría del arte. A los 8 años ganó un concurso de dibujo y fue su primer aliciente … Leer más

Oriunda de Querétaro pero orgullosamente zacatecana, Susana Salinas creció en esta tierra desde los 3 años rodeada de seis hermanos y sus padres. Se formó en escuelas públicas y desde pequeña “rayoneaba” las libretas, sin saber que se enamoraría del arte.

A los 8 años ganó un concurso de dibujo y fue su primer aliciente para continuar en ello. Más tarde, al no haber una licenciatura en Artes, pensó en ser educadora, descartó esa idea junto con la Arquitectura y finalmente eligió Psicología al ver en la currícula una materia de creatividad.

Ahí, a sus 18, tuvo su primera exposición: Trazos de mis Manos por invitación de Víctor Colunga, el entonces encargado del Museo La Toma. “Lo sentí como un bonito evento familiar, no conocía a nadie que se dedicara a las artes”.

El primer paso al medio 

A raíz de su primera aparición, recibió la invitación a una muestra de Plinio Ávila en la Galería Arroyo de la Plata, a la que fue sola y nerviosa porque pudieran preguntarle sobre su percepción artística. 

Ese primer acercamiento con el entorno la llevó al Taller de Pintura y Grabado Julio Ruelas, bajo la batuta de Alejandro Nava. 

Cuenta que de pronto podía verse desmotivada porque parecía que la figuración  “No era una obra para pensarse, que era muy inmediata y no era muy seria”; sin embargo, "agarró bandera”. 

En esa temporada, Susana estuvo rodeada mayormente de hombres, pero coincidió con algunas mujeres como Sofía Gamboa, Mayra Valadez, Karla Rojo y Gaby Suárez del Real. 

Tras tres años y medio de permanencia decidió aventurarse con su siguiente muestra: Brujo, y desde entonces siguió sola.

Destellos

Comenzó a colaborar con ilustraciones para el suplemento cultural La Soldadera dirigido por Yolanda Alonso. Luego de exponer el trabajo conjunto en un formato más grande con el apoyo de Alonso y del fotógrafo Miguel Ángel Cid, la gente comenzó a identificar su trazo.

“Recuerdo que conocí a una muchacha que llegó a Casa de Cultura mientras yo preparaba la exposición; se acercó a pedirme un encendedor o algo así, nos fumamos un cigarro y platicando me preguntó ‘¿cómo te llamas?’ Y yo: 'Susana Salinas'. Y me enseñó que traía uno de mis dibujos en una libreta”. 

“Son esos destellos chiquitos que para mí eran enormes, porque me daba cuenta de que con los dibujos había una identificación de quien los podía apreciar desde el lado femenino, desde donde yo estaba tratando de comunicar; dije ‘¡sí pasa algo!’”. 

Comprendió que debía disciplinarse más. “Antes dibujaba y pintaba gracias a que vivía una emoción, incluso las provocaba, me peleaba o ponía la canción más triste para deprimirme y poder sacar el personaje”. 

Asimismo, las rupturas amorosas llegaron a motivar exposiciones completas como Barco de Papel. Pero no tardó en darse cuenta de que esa técnica le afectaba y optó por algo más.  

Figuras de admiración

En la mente de Susana resuenan los nombres de varias mujeres en el mundo del arte. Inicia con Sonia Viramontes del diplomado en Artes en la Ciudadela del Arte:

“Me encantaba su cabello naranja, me impresionaba; luego la escuché hablar y me enamoró su voz, era como dulce pero a la vez cargada de mucho pensamiento”.

Confiesa estar enamorada de los personajes de Ángeles Perelló. “Ella hace unos ejercicios de invitar a las mujeres a sentarse a platicar, como a huír de casa. A mí me tocó participar en la Casa de la Cultura, pero ella me volteaba a ver ya como colega y yo estaba muy emocionada”. 

Aunque sostiene que muchas mujeres en el campo artístico pueden plasmar ideas sin necesariamente pintar, y recuerda a Jánea Estrada:

“Algo que me atrae de las mujeres es que son muy mesuradas, son muy prudentes y digo ¿cómo lo hacen? Ella puede estar enojada, totalmente en desacuerdo con lo que esté sucediendo respecto a arte y cultura, pero está buscando las palabras precisas para que lo podamos entender”.

Menciona también a Jael Alvarado: “Está en radio, escribe, dibuja fregón, hace gráfica, es mamá y dices ¿cómo? ¿cómo se pueden hacer tantas cosas? Ahí está latiendo y no para”.

Mujer dentro del gremio

"Creo que es importante el trabajo que estoy realizando, aunque hacemos falta más mujeres. Ya las hay, pero siento que tenemos más roles que no nos permiten estar de lleno”. 

Para Susana, la presencia femenina es fundamental porque así, las mujeres pueden comprender con mayor detalle su complejidad. 

Actualmente imparte un taller de dibujo y pintura, por segunda ocasión en Hacker Garage, y comparte que la mayoría son mujeres y eso la entusiasma mucho.  

“ Las mujeres tenemos mucho que decir, siempre estamos tratando de expresar por todos lados".

Desde su perspectiva es incierto si el entorno artístico ha mejorado a favor de las mujeres, pero asegura que lo único que ella ha hecho para avanzar es no dejar de pintar. Desde su primera exposición lleva 18 años de trabajo continuo y ahora tiene la satisfacción de poder conectar con las personas. 

La exploración de la feminidad

Narra que parte de la figura femenina porque es lo que más conoce, aunque queda mucho por explorar. “Creo que aunque pareciera un elemento recurrente y que a lo largo de la historia siempre ha habido musas para pintar, las mujeres difícilmente le entramos al contacto directo con nosotras mismas, al menos en mi caso así era”.

Su único autorretrato como tal no tuvo rostro; lo realizó para una exposición colectiva llamada 3030 sobre erotismo, y a falta de una modelo inmediata, su solución fue mirarse en el espejo, pero había partes de su cuerpo que no le gustaban para trabajarlas.

Hasta que se sentó y se miró desde arriba, “Lo que me gustó fueron las lonjitas, me encantó esta parte -señalándose el abdomen- porque las líneas curvas le daban mucho movimiento y dije ‘¡esta va!’. Asegura que ese ha sido el retrato más claro que ha hecho, pues captó lo que muchas veces se trata de esconder.  

En Amordecidas, Paisajes Internos, su muestra más reciente, cada personaje aparece en una determinada zona para “Platicar en dónde y qué está sucediendo con ellas”.

La de la Nube, apenas comienza a tomar fuerza para ella. Una pieza que de alguna manera rompe con las demás porque el personaje no aparece con un elemento adherido, sino con varias flores a su alrededor desprendiéndose.

Flota como una nube sobre el desierto zacatecano y la ola de violencia que lo sumerge, representando a todas las mujeres que de alguna manera han perdido a alguien o viven con miedo. 

“ Procuro que la pintura sea un espacio que te ayude a imaginar mejores escenarios, aunque a veces es difícil concentrarse en un paisaje de flores cuando estás escuchando un balazo afuera de tu casa”.

Actualmente, esta y otras piezas están en venta en el Café Emilia dentro de la Alameda J. Trinidad García de la Cadena en la capital zacatecana.

Susana no es una mujer de etiquetas, confiesa que le teme a los “ismos” porque para ella es reducirse a algo determinado. Aunque sus personajes sean femeninos no busca entrar en todo el rigor de ninguna clase, es mujer y por consecuente femenina, pero aunque respeta toda ideología, prefiere seguir inmersa en el entendimiento personal. 

 

EXPOSICIONES INDIVIDUALES

  • Trazos de mis Manos – Museo La Toma en Zacatecas
  • Brujo – Arte y Café La Molienda en Zacatecas
  • Barco de Papel – Casa Municipal de Cultura Zacatecas
  • En las Nubes – Casa Municipal de Cultura Zacatecas
  • Entre Azul y Buenas Noches – La Sala en Zacatecas
  • La Máscara detrás del Otro – Museo Independencia en Dolores Hidalgo, Guanajuato
  • Caricatas – Ciudadela del Arte en Zacatecas
  • Arte de Bolsillo – Casa del Arte y la Palabra en Zacatecas
  • Redenciones – Federación de Migrantes Zacatecanos en Chicago
  • Ánidá – Museo Francisco Goitia en Zacatecas
  • Detupés – Galería Casa Terán en Aguascalientes
  • Amordecidas, Paisajes Internos – Mac 8 en Aguascalientes

Imagen Zacatecas – Valeria Gil




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