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El descubrimiento se realizó en un lago artificial privado cercano a San Ildefonso, donde se localizaron cerca de 50 ejemplares de este anfibio.
QUERÉTARO.- Un equipo de investigadores de la UNAM confirmó el hallazgo de una población de ajolote del Altiplano (Ambystoma velasci) en el municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro; tras años sin registros de la especie en la región.
El descubrimiento se realizó en un lago artificial privado cercano a San Ildefonso, donde se localizaron cerca de 50 ejemplares de este anfibio considerado en peligro de extinción.
El equipo del Laboratorio de Microbiología Ambiental de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, encabezado por Diego de Jesús Chaparro Herrera y el biólogo Julio César Parra Escobar, reportó la presencia de los ejemplares durante muestreos periódicos en cuerpos de agua utilizados para el cultivo.
La localización fue posible gracias a una búsqueda sistemática en propiedades privadas que resguardan el acceso y protegen tanto a los ajolotes como a su ecosistema inmediato.
La aspiración del equipo universitario es que la zona sea designada como Área Natural Protegida, con el objetivo de preservar tanto al ajolote del Altiplano como a las especies que comparten su hábitat. El hallazgo aporta información relevante a los estudios de conservación que se realizan en la región, donde se llevan a cabo análisis físico-químicos del agua, oxígeno disuelto, acidez, conductividad, sólidos y bacterias, y un conteo individualizado de los ajolotes mediante las manchas de su costado izquierdo como marca identificatoria.
Este anfibio, cuyo nombre científico velasci honra al naturalista y pintor mexicano José Velasco Gómez, habita en ambientes de bosques templados y arroyos de aguas frías en el centro del país.
La distribución comprobada más reciente del Ambystoma velasci incluía estados como Puebla, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Morelos, Veracruz, Estado de México, Chihuahua y Durango. Sin embargo, previo al hallazgo en Amealco, su presencia estaba restringida principalmente a zonas determinadas del Estado de México e Hidalgo.
El regreso documentado de la especie a Querétaro representa un impacto ambiental positivo para la recuperación de sistemas acuáticos en la región, donde la pérdida de hábitat, la contaminación y la presión agrícola han influido en la disminución de sus poblaciones.
En los análisis de agua realizados por el equipo universitario, los niveles de nutrientes, amonio, fosfatos, nitrógeno y bacterias coliformes totales y fecales resultaron fuera de norma, lo que indica que la contaminación representa una amenaza directa para la supervivencia de la especie.
El objetivo es hacer valer la importancia del ajolote del Altiplano, ya que no hay quién se enfoque en esta especie”
El investigador atribuyó la reducción de la población al uso agrícola de la zona, ya que los contaminantes de agroquímicos y aguas residuales llegan a los cuerpos de agua tras las lluvias, afectando el hábitat del anfibio.
El proyecto contempla cuatro años de investigación sobre la especie, con una segunda fase orientada a la implementación de medidas de conservación similares a las desarrolladas en Xochimilco, donde se promueve la convivencia del ajolote con su entorno acuático. Por el momento, se realiza una localización detallada de colonias de Ambystoma velasci en la zona de Amealco.
Los especialistas subrayan la necesidad de disminuir los niveles de contaminación mediante la colaboración de autoridades y productores agrícolas, adoptando alternativas de cultivo y riego más seguras. La meta es garantizar la permanencia de esta especie emblemática, cuya presencia es vital para el equilibrio de los ecosistemas acuáticos del centro del país.