Un tapabocas

La contingencia sanitaria ha terminado de desenmascarar al gobierno federal.. Como sospechábamos, debajo de la piel de ese cordero que presumía de honestidad, se encontraba un lobo voraz y traicionero, que no tenía otra intención que la de ser metido a la graja para abalanzarse contra todo. Agazapado bajo su perverso disfraz, ese lobo hambriento … Leer más

La contingencia sanitaria ha terminado de desenmascarar al gobierno federal.. Como sospechábamos, debajo de la piel de ese cordero que presumía de honestidad, se encontraba un lobo voraz y traicionero, que no tenía otra intención que la de ser metido a la graja para abalanzarse contra todo.

Agazapado bajo su perverso disfraz, ese lobo hambriento no perdió la oportunidad de lanzarse sobre los bienes públicos, olvidando toda promesa de portarse de manera honrada y agradecida con el confiado granjero, la ciudadanía, que con su voto lo dejó pasar.

El tan reiterado “ya no hay corrupción”, se ha convertido en una frase hueca que muy pocos se creen. No es ninguna sorpresa que las preferencias electorales hacia ellos hayan caído tan dramáticamente.

Y es que, una vez adentro de la granja, la malagradecida bestia no respetó ni siquiera este momento de crisis cuando se cuentan por millares a los mexicanos que están sufriendo la enfermedad que ocasiona el coronavirus; y por millones a los que padecen las consecuencias de la crisis económica y social derivada de la necesidad de resguardarse.

La emergencia sanitaria justificaba el empleo de la adjudicación directa como método de compra para agilizar la llegada de los fármacos y del equipo médico necesarios para afrontar la crisis. Lo que no se podía, por simple decencia, era contratar a empresas que facilitaran sus actos de corrupción.

No les importó comprar 2 mil 500 respiradores al triple de su valor (cuando alegan que no hay recursos para salvar a las PYMES) ni contratar para tal fin una empresa que se dedica a la realización de proyectos de ingeniería petrolera y marítima; y cuyo dueño fue un polémico funcionario en el sexenio pasado que ha sido sancionado tanto en México como en los Estados Unidos.

Son ya varios casos así, incluyendo la compra de material de pésima calidad, que los gobernadores del PAN han tenido que devolver a la federación por inservibles y que demuestran el nivel de corrupción de la 4T.

En la medida en que avanza, la crisis va demostrando quién es el que más necesita un tapabocas.

*Centro de Colaboraciones Solidarias




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