Tres frases falsamente atribuidas a El Quijote
Entre las frases atribuidas erróneamente a la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, figura “De grandes cenas están las sepulturas llenas”. En realidad estamos aquí frente al singular caso de lo que llamamos “teléfono descompuesto”. En la segunda parte escrita por Cervantes, en el capítulo 43, Don Quijote da varios consejos a … Leer más
Entre las frases atribuidas erróneamente a la novela El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, figura “De grandes cenas están las sepulturas llenas”. En realidad estamos aquí frente al singular caso de lo que llamamos “teléfono descompuesto”. En la segunda parte escrita por Cervantes, en el capítulo 43, Don Quijote da varios consejos a Sancho, quien será gobernador de la isla Barataria. Uno de ellos es: “Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”.
Algunos conocedores de los refranes antiguos de España reconocen a “Come poco y cena más poco” como muestra de su paremiología. Insisten en que lo de la “oficina del estómago” es comentario que Cervantes añade al refrán.
Otros acotan que existía otro refrán: “De magdalenas y cenas están las sepulturas llenas”, y que seguramente ése fue el que tomaron los seudolectores de Cervantes para formar la frase que dicen que está en la novela, aunque no esté.
Hay quien también presume que la frase “Cosas veredes, Sancho” la ha leído en el Quijote. Otros se adornan recitando: “Cosas veredes, amigo Sancho, que farán fablar las piedras”. Así, con ese dejo de español antiguo, de la época del Cantar del Mío Cid. En efecto, la frase viene más bien de esa tradición del Cid, que cuenta que cuando el rey Alfonso VI propone a Rodrigo Díaz de Vivar irse del reino para conquistar Cuenca, éste replica: “Muchos males han venido por los reyes que se ausentan”, y la respuesta del rey es: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”.
Otra frase es “Al bien hacer jamás le falta premio”. No está en ninguna de las dos partes de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, pero sí es de la autoría de Cervantes. Figura en su comedia El rufián dichoso, impresa en 1615 en la obra Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados; en un diálogo entre el protagonista, Lugo, y dos músicos que le recriminan ser generoso. Lugo remata con la frase.
En inglés hay un dicho que se le parece: “Good acts never lack rewards”, A los buenos actos no les faltan recompensas.