Tibieza suicida

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Zacatecas ha diferido la hora de la verdad durante muchos años, a diferencia de otras entidades la clase política gobernante guarda los secretos heredados en materia de corrupción manteniendo la estabilidad con base en las complicidades conscientes o inerciales. Los órganos responsables no funcionan como órganos de estado, sino como instrumentos de la voluntad política … Leer más

Zacatecas ha diferido la hora de la verdad durante muchos años, a diferencia de otras entidades la clase política gobernante guarda los secretos heredados en materia de corrupción manteniendo la estabilidad con base en las complicidades conscientes o inerciales. Los órganos responsables no funcionan como órganos de estado, sino como instrumentos de la voluntad política en turno de gobernar. Aguascalientes tiene otra historia porque independientemente de quien gane las elecciones, los nuevos ungidos viven el efecto disuasivo de procesos a exgobernantes, de la secuela de desprestigio y ostracismo que conlleva la simple instauración de expedientes.

La cultura de la opacidad es tan poderosa que hay políticos que reaccionan con hostilidad ante la creciente práctica ciudadana de solicitar información de interés público relacionado con su desempeño en el cargo, de ello da cuenta la columna de ayer de Alejandro Wong en este mismo diario cuando reseña las primitivas reacciones de presidentes municipales ante ciudadanos interesados en hacerse de información de interés público sobre el quehacer gubernamental, algo que un político que se respete valora como signo de madurez democrática.

El Issstezac ha sido manoseado por cada gobierno en turno; los trabajadores al servicio del estado han visto cómo reforman la ley cuando se les atora la carreta y siempre en aras de la solvencia financiera que jamás se logra. El Gobierno de Tello sigue el camino de siempre, orquesta campañas mediáticas para aislar la justificada inconformidad y cabildea con diputados que se conforman, en el mejor de los casos, con escuchar las narrativas de la oficialidad y de los inconformes sin usar su investidura de representantes populares para adentrarse en la historia del conflicto y hurgar en los archivos.

 

Zacatecas ha sido gobernada demasiado tiempo por gobernantes estatales y municipales sin carácter,  lo suficientemente templado para pasar los tragos amargos de meter a prisión a quienes son merecedores de procesos penales y sanciones resarcitorias por su mal desempeño en el servicio público, la única excepción que ha trascendido en los tiempos que corren son las denuncias interpuestas por el actual presidente municipal de Guadalupe en contra de su antecesor, sin que ahora eso le haga mella al acusado, en los demás municipios, a lo más que se llega es a filtraciones en los medios salpicados de vez en vez con declaraciones  “como queriendo pelear” absolutamente irrelevantes.

 Se reciclan desperdicios                                        

Zacatecas conoce aspirantes a cargos públicos con expedientes abiertos por alguna modalidad de corrupción en algunas de las instancias locales o federales; el mensaje que esa situación envía, es que en nuestro estado se puede tener carrera política sin que interfieran los “pecadillos” contra el interés público previamente cometidos y que han dado materia a procedimientos sancionadores, si eso no pesa, mucha menos influye la mala reputación pública.

Respetando escrupulosamente el principio de presunción de inocencia del ingeniero Pedro de León Mojarro, el más relevante zacatecano (hasta ahora) involucrado en los expedientes judiciales de “la estafa maestra”, podemos apreciar la actitud de la clase política local ante ese mayúsculo episodio de corrupción: la clase gobernante local está expectante,  todo lo deja en manos del ámbito federal y como al final de cuentas fuera broncas de particulares en líos con la justicia: la pasividad de las autoridades educativas, incluidas las universitarias es típica de una clase política que no se mete en problemas y por lo tanto, tampoco en soluciones.

La política contra la corrupción polariza, divide, tensiona, los corruptos no reconocen la legitimidad de las acciones en su contra, se victimiza, invierte en campañas mediáticas y busca alianzas con quienes coinciden tienen de adversario al que combate corrupción, se mimetizan, usan lenguaje encubridor de su esencia, no tienen empacho en disfrazarse de “feministas”, de “ambientalistas”, de “democráticos” para pepenar incautos, hoy lo vemos con la participación de las cúpulas nacionales del PAN  PRI y del PRD en un frente electoral con tal de salvarse del naufragio que les ocasiona la Unidad de Inteligencia Financiera que por primera vez funciona con Santiago Nieto al frente de la Auditoría Superior de la Federación, de la Fiscalía General de la República.

Lo local sigue pospuesto

Los tiempos por venir en lo inmediato son de lucha a fondo, o sacamos la basura de la maquinaria pública y la adecuamos para que no se vuelva a meter o nos resignamos a la agonía nacional, o triunfa la élite dispuesta a funcionar con  base en las leyes o se alza con la victoria su parte podrida, la que solo con “moches” satisface sus intereses.

La lucha nacional contra la corrupción está en ascenso, pero en Zacatecas no hemos empezado, tropezamos con una clase política sin carácter, veterana en nado de “muertito”.

 

 

Es hora de cambiar

Nos encontramos el lunes en El Recreo.




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