Ramón, el hombre y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

2021 ha sido declarado año de Ramón López Velarde por dos motivos, conmemorar el centésimo aniversario luctuoso del poeta y celebrar la publicación de su obra más conocida, “La Suave Patria”. En la capital de la república, Zacatecas y por supuesto en Jerez se han preparado eventos para recordar al bardo y revivir su obra, … Leer más

2021 ha sido declarado año de Ramón López Velarde por dos motivos, conmemorar el centésimo aniversario luctuoso del poeta y celebrar la publicación de su obra más conocida, “La Suave Patria”.

En la capital de la república, Zacatecas y por supuesto en Jerez se han preparado eventos para recordar al bardo y revivir su obra, pese a la crisis sanitaria-económica, algo se cocina.

Los esfuerzos son notables y loables, pero me llama la atención que al conmemorarse el deceso del poeta, prácticamente nadie hable o escriba sobre su muerte.

La versión oficial sustentada por el certificado que expidió el doctor Pedro de Alba, amigo de Ramón y la familia, indica que falleció por bronconeumonía.

Sin embargo, existen francos indicios de que pudo haber fallecido por sífilis o por una bronconeumonía que se agravó por la enfermedad venérea.

José Gorostiza fue tal vez el primero en mencionar o insinuar que la muerte del jerezano se debía a causas que desafiaban el pudor de la época.

José Emilio Pacheco, sutilmente, retomó las causas y sutilmente las describía al pedir entrar “a revisar las sábanas” de López Velarde.

Pero, sin duda fue Guillermo Sheridan, el que sin miedo y con el pudor de sombra, el que abiertamente ha dicho que “es posible, que no probable” que Ramón haya fallecido de sífilis, en su gran novela biográfica “un corazón adicto: la vida de Ramón López Velarde”, lo manifiesta.

De manera delicada pero directa, lanza la hipótesis del padecimiento sexual, a partir de testimonios sobre la afición lupanar del jerezano.

Sheridan recopila pistas e interpreta la aflicción de López Velarde por sus males íntimos a partir de textos como “La flor punitiva”, “Meditación en la alameda”, “El candil”, “Ánima adoratriz” y muchos otros.

Las pistas del bardo son elegantes, llenas de eufemismos, a veces con sofismas, pero a la vez claras declaratorias del permanente duelo entre el dogma y deseo carnal del jerezano.

En medio de las conmemoraciones resulta fascinante seguir las huellas que Ramón, el hombre . Son un reto a la imaginación y al intelecto.

Punto Final

Humanizar a Ramón López Velarde, es también una forma de homenajearlo, tras el genio de la métrica y alegorías, existió un hombre, pensarlo más humano lo acerca a la realidad, lo hace más nuestro, menos deidad.




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