Pudo ser

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

Llegó a mis manos el siguiente texto, de autor desconocido, y me permito reproducirlo aquí: “El demonio se apareció a tres monjes y les dijo: si les diera potestad para cambiar algo del pasado, ¿Qué cambiarían? El primero de ellos respondió: ‘Impediría que hicieras caer a Adán y Eva en el pecado para que la … Leer más

Llegó a mis manos el siguiente texto, de autor desconocido, y me permito reproducirlo aquí:

“El demonio se apareció a tres monjes y les dijo: si les diera potestad para cambiar algo del pasado, ¿Qué cambiarían?

El primero de ellos respondió: ‘Impediría que hicieras caer a Adán y Eva en el pecado para que la humanidad no pudiera apartarse de Dios’.

El segundo le dijo: ‘Impediría que tú mismo te apartases de Dios y te condenaras eternamente’.

El tercero de ellos, en vez de responder al tentador, se puso de rodillas, hizo la señal de la cruz y oró diciendo: ‘Señor, libérame de la tentación de lo que pudo ser y no fue’.

El demonio, dando un grito estentóreo se esfumó.

Los otros dos, sorprendidos, le dijeron: ‘Hermano, ¿Por qué has reaccionado así?’. Él les respondió:

‘Primero: NUNCA debemos dialogar con el enemigo. Segundo: NADIE en el mundo tiene poder para cambiar el pasado. Tercero: el INTERÉS del demonio no era probar nuestra virtud, sino atraparnos en el pasado, para que descuidemos el presente, el único tiempo en el que Dios nos da su gracia y podemos cooperar con ella para cumplir su voluntad’.

De todos los demonios, el que más atrapa a los hombres y les impide ser felices es el de ‘lo que pudo ser y no fue’.

El pasado queda a la Misericordia de Dios y el futuro a su Providencia. Solo en el presente está el amor de Dios en nuestras manos.”

He visto cómo hay personas que llevan sobre sus espaldas cargas tan pesadas ¡De las que ellas mismas no se quieren liberar! Aferrarse a lo que pudo haber sido es perderse en el enmarañado laberinto de caminos y sendas que pudieron haberse tomado para alcanzar destinos distintos, pero que, al final, ¡No se tomaron!

Asumir con responsabilidad las consecuencias de las decisiones tomadas, perdonarnos a nosotros mismos por los malos resultados de algunas de ellas, poner manos a la obra en los retos que nos impone el día de hoy y dejar el futuro en las manos de Dios es la única forma de vivir en paz con nosotros mismos y con los que se encuentran a nuestro alrededor.

 

[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado