¿Por qué septiembre es el mes de la biblia?

Todas las denominaciones cristianas de oriente y occidente, son religiones del libro, porque comparten las sagradas escrituras, conocidas comúnmente como biblia.

Es el mes de la patria septiembre y retiembla en su centro la tierra con música mexicana, a la cabeza el huapango de Moncayo y los colores verde, blanco y rojo que ondean por doquier, poniéndonos alegres y más con un par de mezcales en la sangre, que nos anima a gritar hasta desgañitarnos: ¡Viva México! También es el mes de la biblia, libro tan importante patrimonio de la humanidad y sin derechos de autor por ser palabra de Dios en palabras de los hombres.

En la vida las casualidades no existen, a veces lo que ocurren son las coincidencias.

El occidente cristiano se partió con la reforma del siglo XVI; ahora tenemos 800 millones de evangélicos o protestantes y casi 1400 millones de católicos en el mundo, a veces en franca tensión por la pérdida o conquista de la feligresía.

Son denominaciones religiosas cristianas que sin Ignorar las diferencias dogmáticas y doctrinales, mucho tienen en común, la más importante: la cristocentricidad, que conlleva el reconocimiento de que Jesús el Cristo es persona humana y divina, parte del misterio trinitario. La prueba está en que los católicos llaman a los protestantes hermanos separados.

Por lógica si alguna iglesia no tiene a Cristo como Dios, no puede llamarse cristiana.

Todas las denominaciones cristianas de oriente y occidente, son religiones del libro, porque comparten las sagradas escrituras, conocidas comúnmente como biblia, colección de escritos o compilación de libros que escribieron los judíos en más de mil años y que nadie sabe de sus reales autores en la mayoría de los casos, lo que deviene intrascendente, por ser palabra de Dios en palabras de los hombres, precisando que mientras el conocido como antiguo testamento está en hebreo antiguo y arameo, el nuevo testamento fue escrito en griego, que era la lengua franca, herencia de Alejandro Magno y que hablaban los israelitas de la diáspora, primeros cristianos fuera de Jerusalén.

Algo extraordinario es que no hay un solo original de esos escritos que forman la biblia, pero sí muchas copias que se elaboraron durante siglos, antes de la formación del canon y que preservan los textos en las lenguas originales.

En esencia las biblias que utilizan las iglesias católicas y protestantes son iguales; la diferencia en todo caso, es que la que usa la iglesia católica, apostólica y romana, tiene seis libros más que se conocen como deutorocanónicos, que significa segundo canon, que por cierto no se los inventó; siempre han estado y fueron traducidos por San Gerónimo, Lutero y Casiodoro de Reina y si bien no reconocidos como canónicos por las iglesias protestantes, recomendaban sus traductores la lectura de los mismos, que ellos llaman apócrifos. En oriente algunos de ellos y otros más forman parte de la canonicidad.

La biblia es el primer libro que se imprimió, como ninguno está traducido en más de tres mil lenguas, existen universidades que sólo se dedican al estudio de ese tesoro, a manera de ejemplo en el mundo católico de lengua castellana, la universidad San Damaso en Madrid, España y la de Jerusalén fundada por franceses en la ciudad eterna, de una calidad académica extraordinaria.

La cultura occidental se cimienta en la herencia griega y en la biblia, de ahí su sobrada importancia.

El primer gran traductor de la biblia desde las lenguas originales al latín fue Gerónimo de Estridon, erudito del siglo IV, hebraísta y conocedor del griego coiné. Que mandado y patrocinado por San Damaso, obispo de la rica Diócesis de Roma, capital del imperio romano, se fue a Jerusalén con su equipo de traductores en busca de los rabinos, doctores de la ley.

La traducción de Gerónimo, conocida como vulgata latina, por más de mil años reinó en occidente y fue base textual para muchas traducciones al castellano.

El 30 de septiembre se celebra el día de los traductores, porque ese día se conmemora el nacimiento de san Gerónimo y por tanto es el mes de la biblia.

En el mundo protestante se celebra el día 28 de septiembre de 1569 porque fue cuando se publicó lo que ellos llaman la primera traducción completa de la biblia al español.

Esta traducción fue realizada por el sacerdote español Casiodoro de Reina en el exilio, porque el reino castellano cerró la puerta a la Reforma, decisión que trascendió a sus colonias americanas. Si se hubiera quedado en la península, seguro habría muerto chamuscado porque la “Santa inquisición” lo persiguió.

Por cierto esa traducción fue pensada para los católicos.

La traducción de Reina, conocida como la biblia del Oso, fue luego revisada por Cipriano de Valera, de modo tal que hasta nuestros días es conocida como la biblia Reina Valera, muy apreciada y de uso común en Hispanoamérica, considerada una buena y hermosa traducción, que se ubica al siglo de oro español.

Esas coincidencias de las dos denominaciones cristianas más importantes de occidente, son la base para tener a septiembre como el mes de la biblia.

Colofón:

El estudio de la biblia debía de estar en la currícula de las escuelas, por ser una de las piedras angulares de nuestra civilización, independientemente de su lectura para alimento del alma y guía de vida.

Coletilla: El sábado la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación nos sorprendió y anuló a dos tribunales inferiores y a grandes factores de poder. Y todo nomás por hablar en uso de la libertad de expresión en medios de comunicación.




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