Ordena tus emociones y pensamientos

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

La base de nuestra supervivencia y convivencia es un buen espíritu, un sentimiento coherente, y un valor compasivo. Nada más al nacer, nuestras madres nos cuidan, si no lo hicieran, moriríamos, incluso los fetos se ven afectado por el estado de ánimo de su madre y por su tranquilidad. Somos animales sociales, nuestra supervivencia depende … Leer más

La base de nuestra supervivencia y convivencia es un buen espíritu, un sentimiento coherente, y un valor compasivo. Nada más al nacer, nuestras madres nos cuidan, si no lo hicieran, moriríamos, incluso los fetos se ven afectado por el estado de ánimo de su madre y por su tranquilidad. Somos animales sociales, nuestra supervivencia depende de los demás. Como seres humanos prosperamos con el afecto, que es una de las razones por las que todas las tradiciones religiosas hacen hincapié en la importancia de ser buenas personas. Aquellos que no se interesan por la religión también son seres humanos y quieren ser felices, ya que al experimentar la bondad amorosa contribuirá a que puedan vivir una vida feliz.

Soy humanista, a lo largo de mi vida profesional y de servicio publico he aprendido a no ver ni clases sociales, ni títulos, gracias a que no distingo a las personas en función de su procedencia, la raza a la que pertenecen o la fe que siguen, sino que veo al ser humano y sus actos. Tengo amigos dondequiera que vaya, y para mí, los demás seres humanos son como hermanos y hermanas. Por eso, las personas suelen ser amables y cordiales conmigo, trato de tener una cara alegre y sonriente, aunque podría ser diferente si frunciera el ceño y contestara bruscamente a la gente.

La calidez de corazón es eficaz incluso en relación con los animales. Si sonríes y eres amable con un perro, éste mueve la cola, pero si frunces el ceño y el perro se va y no voltea ni a verte. A la educación moderna no tiene suficiente atención a la importancia de los valores cívicos, menos a los internos o espirituales. Los niños pequeños son simplemente alegres en casa, pero una vez que empiezan a ir a la escuela esa exuberancia deja paso a otras preocupaciones. Para equilibrar esto, debería incluirse en el plan de estudios el conocimiento sobre la contribución de los valores internos para a una vida feliz. Las personas deben comprender que la ansiedad y la ira incluso perturban nuestro sueño, mientras que si tenemos tranquilidad, dormiremos bien, porque la calidez de corazón puede beneficiar a toda la humanidad.

Las instrucciones sobre cómo cultivar y conservar la paz mental son grandes ausentes en nuestra educación general. De hecho, como he mencionado antes, si tenemos paz mental, seremos capaces de derrotar la ansiedad y el miedo. Una persona con sus emociones y pensamientos en orden es serena y feliz porque lo llevara a cultivar la paz interior que es la clave para tener una actitud amable.

La ira y la agresión a veces parecen ser protectoras porque aportan energía a una situación particular, pero lo que hay que reconocer es que esa energía es ciega. Se necesita una mente tranquila para poder considerar las cosas desde difere3ntes ángulos y puntos de vista.




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