Nuestro Ramón y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Con motivo de los 100 años del deceso de Ramón López Velarde y para complacencia de los zacatecanos, hemos visto como medios nacionales e internacionales han dedicado páginas enteras a conocer y reconocer su obra. Entiendo la algarabía y el júbilo, pero en muchos casos los homenajes han sido sobrados, exagerados y llenos de elogios … Leer más

Con motivo de los 100 años del deceso de Ramón López Velarde y para complacencia de los zacatecanos, hemos visto como medios nacionales e internacionales han dedicado páginas enteras a conocer y reconocer su obra.

Entiendo la algarabía y el júbilo, pero en muchos casos los homenajes han sido sobrados, exagerados y llenos de elogios a un hombre que fue brillante en las letras, pero oscuro en lo personal.

Ramón fue católico confeso, pero también mundano ex profeso. La catedral lo contenía, aunque la plaza lo retenía.

 Los medios nacionales, sufren lo que hemos sufrido en mayor o menor medida muchos de los jerezanos que vemos a López Velarde no como un poeta, político y en menor medida de abogado, sino como una deidad incapaz de pecar, a un hombre sin falta ni delito.

Aunque no nací en Jerez, desde la primaria hasta la preparatoria viví ahí, por suerte, la casa en que me crié quedaba a una cuadra de la casa del bardo, en esa época López Velarde estaba a la altura del Papa, era sacrilegio hacerle travesuras a la casa.

Pero, siendo sinceros, la casa de Ramón López Velarde, que ahora es casa- museo, durante décadas permaneció olvidada, únicamente servía como púlpito cultural cuando venían personajes destacados de la vida cultural y política del país.

Si no hubiera sido por María Dolores Quiñones, (Lolita), que la cuidó sin más recompensa que las gracias, esa casa hubiera sucumbido al paso del tiempo y la indiferencia de tantos y tantos gobiernos, durante años se sostuvo por las macetas; fue hasta en el gobierno de Amalia García cuando a través del interés y presupuesto se le dio una manota, se corrigieron fallas estructurales, se remodeló sin escatimos y a pesar de la empresa que veía en el poeta un negocio y no un reconocimiento.

Eso fue en 2008 y hasta la fecha no habido cambio en la casa-museo, urge dar certeza laboral a quienes ahí colaboran, es necesario regular los ingresos y egresos del museo y sobre todo valorarla y reconocerla como una de las joyas culturales y políticas de Zacatecas.

¿Qué sería de Jerez sin López Velarde? ¿Cuántas giras políticas habría sin el bardo?

Punto Final

La bilis y el rencor producen líquidos muy resbalosos.




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