No violencia y compasión

Me ha llamado la atención las palabras del Dr. Abdul Kalam sobre que su ideal era ver un mundo más pacífico: «Donde hay rectitud en el corazón, hay belleza en el carácter. Cuando hay belleza en el carácter, hay armonía en el hogar. Cuando hay armonía en el hogar, hay orden en la nación. Cuando hay orden en la nación, hay paz en el mundo».

El Dr. Abdul Kalam provenía de una familia normal de la Inida, pero gracias a la educación y al trabajo duro, se convirtió en un científico eminente. Era un líder gentil, genuino y digno. Quisiera dar un homenaje para recordarlo y de hablar de la cultura de la India que tiene miles de años de antigüedad, especialmente de la costumbre de mantener la armonía interreligiosa. El Dr. Abdul Kalam era un musulmán que ocupaba el cargo más alto del país. Y dado que todas las religiones del mundo florecen ahí y conviven en el respeto mutuo, la India es un ejemplo vivo de que la armonía religiosa es posible.

La India también tiene una larga tradición de ‘ahimsa’ y ‘karuna’,  es decir la ‘no violencia’ y ‘compasión’, que son ideas maravillosas. Los académicos indios adoptaron un enfoque lógico. Las prácticas de bondad y altruismo están relacionadas con el bienestar humano. Dado que muchos de los problemas a los que nos enfrentamos son el resultado directo de la falta de compasión, las nociones de ‘karuna’ y ‘ahimsa’ son claramente relevantes hoy en día. Aunque gran parte de este conocimiento se encuentra en textos interreligiosos, puede ser aplicado de una manera secular y académica. Todo ser humano espera llevar una vida pacífica; la ‘compasión y la no violencia’ son importantes para poder hacerlo.

Las familias ordinarias del mundo pueden contribuir a la paz mundial. Por ejemplo Mahatma Gandhi que, aunque era un solo individuo, propagó un enfoque no violento del cambio, primero en Sudáfrica y luego como parte de la lucha por la libertad en la India. No tenía ninguna fuerza militar detrás de él, pero su poderoso ejemplo fue seguido por Martín Luther King y Nelson Mandela.

Las ideas pueden comenzar con un solo individuo, pero crecen a medida que son asumidas por la humanidad en general. La educación moderna tiende a centrarse en objetivos materialistas, sin prestar suficiente atención a cómo cultivar la paz mental. El énfasis contemporáneo en el desarrollo tecnológico conduce a la codicia. Si nuestras vidas sólo se centran en objetivos materiales y recurrimos a la violencia tanto verbal y psicológica para defenderlos, será difícil que veamos la paz como resultado pleno.