La glorieta de las vacas

Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.
Hoy en la Opinión de Jaime Santoyo Castro.

Pareciera un tema menor, o quizá hasta de risa, pero créanme que esto de las vacas de la Glorieta es un asunto muy serio, que ojalá y no termine en tragedia.   Desde hace algunas semanas, un hato de ganado vacuno transita libremente y sin control alguno sobre el boulevard Solidaridad, entre la Glorieta que … Leer más

Pareciera un tema menor, o quizá hasta de risa, pero créanme que esto de las vacas de la Glorieta es un asunto muy serio, que ojalá y no termine en tragedia.

 

Desde hace algunas semanas, un hato de ganado vacuno transita libremente y sin control alguno sobre el boulevard Solidaridad, entre la Glorieta que da paso a los Colegios y las Colonias Conde Santiago de la Laguna, Lomas de Galicia, los Fraccionamientos San Antonio, Porta Nova, Porta Brava Santa María I y II,  La Cima y otras.

 

El ganado camina sobre la vialidad en la tarde y noche, provocando sustos a los automovilistas por la poca visibilidad que hay, y porque nadie espera encontrar ganado en una vialidad urbana tan importante, sin que medie algún anuncio que advierta del riesgo, y tampoco una patrulla o alguna autoridad.

 

Desconocemos si ya se llamó a cuentas al o los propietarios para detener este problema, que está generando un gran peligro para los automovilistas que usamos ese boulevard. Al final de su recorrido, las vacas van a situarse alegremente alrededor de la Glorieta, como el clásico adorno que le da nombre a la misma.

 

En el área conurbada ya tenemos serias preocupaciones por la inseguridad, como para agregarle uno más, como es éste, que puede provocar un accidente con pérdidas patrimoniales y hasta de vidas, de manera tal que ojalá y las autoridades competentes le pongan solución

 

Dice un poema Hindú que en el semblante de un animal que no habla, existe todo un discurso que sólo un espíritu sabio puede entender.

 

Quizá no se necesite ser tan sabio para entender que esos animales andan por ahí buscando alimentarse, y ello hace suponer que el propietario o propietarios carecen de recursos para alimentarlos, o de un lugar donde puedan pastar lejos de la vialidad, o por lo menos un lugar dónde encerrarlos por la noche, y comprendiendo esto, en una rápida investigación se puede llegar a la causa y a la solución. Ojalá y no esperemos a que se ahogue el niño para tapar el pozo y no olvidemos la conseja popular que establece que al dueño le corresponde cuidar las vacas que tiene, pues es a él, a quien le conviene asegurar su ganado y si no, pues quizá deberían detener a las vacas y llevarlas al torito. Saludos .

 

 

 




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