
Opinión Nubia Barrios
Como primos hermanos de estos derechos fundamentales, nacen el derecho de acceso a la información y la protección de datos personales.
El día 10 de diciembre desde 1948, se celebra el día de los Derechos Humanos proclamada por la asamblea general de las naciones unidas, se hizo con el propósito de conmemorar como un “ideal común” dirigido a todos los pueblos y naciones con el objetivo de que tanto naciones como instituciones se inspiraran para promover, mediante la enseñanza y educación, el respeto a los derechos y libertades ya adquiridos en todo el mundo.
Como primos hermanos de estos derechos fundamentales, nacen el derecho de acceso a la información y la protección de datos personales y, decir que el IZAI no sirvió para combatir la corrupción es un argumento equívoco además de falso, porque la función de un organismo de acceso a la información no es combatir la corrupción, eso le corresponde, a las autoridades auditoras de fiscalización y a los propios sistemas anticorrupción.
El Instituto Zacatecano de Acceso a la Información Pública (IZAI), existe para garantizar a los ciudadanos el derecho a la información que se genera por el ejercicio del gasto y la toma de decisiones que nos pertenece a todos como ciudadanos y que, además, es información que no nos pueden negar, salvo casos muy específicos que la propia ley de la materia establece.
Es falso porque las pocas causas que se han dado en este país de combate a la corrupción derivaron de solicitudes de información que, por cierto, no las realizó ningún gobierno ni partido sino medios de comunicación u organismos de la sociedad civil.
No se debe confundir la transparencia con el acceso a la información, la transparencia no es una concesión graciosa del gobierno y aún y cuando el término va implícito en todos los discursos políticos sean del color que fuere, son cosas muy distintas, lo que los distingue es que el acceso a la información es un DERECHO DE LOS CIUDADANOS cuyo cumplimiento al estar en manos de un sujeto obligado en automático se convierte en juez y parte, por muy buenas intenciones que tenga el titular, habrá que cuidar la delgada línea de credibilidad que esto conlleva implícitamente.
Si la corrupción de alguno o algunos de los miembros de una institución fuera causa suficiente para desaparecerla, no sólo sería el INAI y sus homólogos los que desaparecerían, serían muchas más las instituciones en el país.
Coincido en que se requería una reforma en la que hubiese limitaciones y con ello usar a la mayoría constitucional para fortalecer este derecho ciudadano a la información, pero el haber tomado la decisión de lo que podemos y no podemos saber los mexicanos, me parece exacerbado, en fin, ya no se trata de lo que yo opine al respecto, si no de lo que ya está y el día de hoy 10 de diciembre de 2024 y para sumarse al día internacional de los derechos humanos, la Cámara de Diputados declara constitucional la extinción de órganos autónomos en México en la que la mesa directiva turnó el proyecto de decreto al Ejecutivo para su publicación y entrada en vigor.