#JusticiaparaSofía

La sociedad zacatecana y en especial la fresnillense se encuentra de luto, indignada, emputada, harta de la situación de inseguridad en que el estado se ha encontrado desde hace años.

En el Estado la violencia estalló en el sexenio de Amalia García, si bien Fresnillo ha sufrido por más tiempo el embate de grupos del narco.

Las causas de la violencia desmedida en el sexenio de Amalia fueron muchas, podemos esbozar algunas, estatales: falta de capacitación y entrenamiento de la policía estatal y las municipales, la corrupción en dichas policías.

Nacionales: la fallida guerra contra el narco, falta de una política pública integradora contra el narco y que frenara la marginación. La entrada del ejército sin un marco legal.

Internacionales: la crisis del 2008 que afectó a Estados Unidos y por tanto afectó a nuestro país por dos frentes, por un lado la disminución de las remesas y por otro la falta de oportunidades laborales para quienes querían emigrar.

El sexenio de Miguel Alonso dilapidó ingentes cantidades de dinero público pagando “publicidad” a los medios de comunicación, y de repente se acabó la inseguridad.

Gastó la misma cantidad que costó el hospital general de la ciudad de Zacatecas en sus pinches glorietas de la muerte.

La gente del sur vimos como un grupo delictivo junto con el ejército combatían al grupo de los zetas para erradicarlo.

Eso sólo es la muestra de un Estado fallido, del Estado mexicano en su máxima extensión y todas las instituciones que le dan cuerpo y forma.

El presente quinquenio le tocó tapar las mega deudas que dejó Alonso, solaparle para que no le fincaran proceso.

Tello ha tenido un gran error y eso es lo que le ha generado un lastre a lo largo de su gobierno, su error fue no contar con un buen equipo desde el inicio.

Quienes han ocupado la secretaría general de gobierno no han servido ni para ser chivos expiatorios.

El gobierno federal se va a seguir lavando las manos así como la familia Monreal.

Quémenlo todo, arrasen con los cimientos del Estado que en vez de protegerlas las abandona a su suerte.

Que encuentra más pronto a los que vandalizaron la presidencia que a los que secuestraron, violaron, torturaron y mataron a una niña inocente.

Ni una mujer menos, sino entendemos como sociedad menos haremos entender a los que se dicen nuestros representantes.

Necesitamos políticas públicas integrales e integradoras, que cuenten con objetivos claros, medibles, auditables.

Que hagan de nuestra sociedad un lugar seguro, amable, empático, de tolerancia, de diálogo, de inclusión.

Ninguna mujer menos, los feminicidios son algo por lo que sociedad y gobierno debemos preocuparnos y ocuparnos. Quémenlo todo, háganlo arder.