Malos tacos

Siempre he estado convencido de que un buen taco puede echarse a perder con una mala salsa; y, de igual forma, un mal taco puede ser rescatado por una buena salsa. Y así abundan esos “malos tacos” en las campañas políticas que nos están inundando las redes y los medios de comunicación, dada la proximidad de las elecciones del mes de junio. Ha sido el agosto de los mercadólogos y de las pequeñas agencias de publicidad. Unas buenas, otras muy malas, pero todas tratando de ponerle buena salsa a malos tacos.

Tal vez la que ha resultado más vistosa y llamativa es la del candidato a la presidencia de la República, Jorge Álvarez Máynez. Desconozco quién está detrás de su campaña pero el caso es que hay hasta quienes han concluido que le iría mejor al candidato si se dedicara al espectáculo, haciendo música. Se encuentra con un importante número de reproducciones en las principales plataformas de streaming y en los antros la gente se pone a corearla y bailarla cuando los ‘dj’ la ponen.

Que conste que no estoy diciendo que Jorge Álvarez Máynez sea un mal taco, un mal político. No lo conozco. El problema es que se ha convertido en un estorbo, y llego a creer que para eso fue puesto ahí.

Escribo esto con la impotencia de saber que son muy altas las probabilidades de que este mal gobierno repita y continúe llevando a un gran país como el nuestro al colapso y que, ante la posibilidad de lograr un cambio en su destino, surja una estrategia tan maquiavélica como la de poner a un candidato e impulsarle fuerza para que le reste votos a la única opción verdaderamente viable que existe de evitar que Morena se quede con el poder: Xóchitl Gálvez.

No sé si las verdaderas intenciones del candidato de Movimiento Ciudadano sean ganar terreno político para el partido que representa y, en consecuencia, para él mismo. Pero si él recibió de alguna parte la consigna de “lo tuyo es restarle fuerza a Xóchitl” y él aceptó, que la historia le juzgue por vendepatrias. Siempre me ha llamado la atención que su campaña impulsa al candidato “Máynez”, que suena un poco a “Gálvez” y no “Álvarez” que es su primer apellido.

Hay tres formas de perder la elección contra los corruptos destructores de México del partido en el poder: Uno, votando por ellos; dos, no votando y, tres, votando por Jorge Álvarez Máynez. Le invito a usted al reto de promover lo contrario y convencer a tres personas: a una de no votar por Morena, a otra de ir a votar y a otra a que pida a Jorge Álvarez Máynez que decline en favor de Xóchitl Gálvez.

Todavía esperaría un gesto de verdadero amor a México en este personaje y constatar que, además de una buena salsa, es un buen taco.

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