Leña al fuego

Juan Carlos Ramos León.
Juan Carlos Ramos León.

A todos nos indignó lo que sucedió el pasado 8 de marzo. Igual que nos indigna lo que aflige a quienes sí marchan para exigir justicia y seguridad sin transgredir los derechos de absolutamente nadie.

Mi derecho termina donde comienza el de los demás. Manifestarse para exigir que se respeten los propios derechos es legítimo, sí. Alzar un tanto la voz para lograr ser escuchado ante problemáticas a las que las autoridades parecen prestar oídos sordos es legítimo, sí. Lo que no es legítimo es pasar sobre los derechos de otros, en sus personas o en sus cosas, utilizándolos como chivos expiatorios o como pretexto para una supuesta causa legítima. Eso sí no se vale.

A todos nos indignó lo que sucedió el pasado 8 de marzo. Igual que nos indigna lo que aflige a quienes sí marchan para exigir justicia y seguridad sin transgredir los derechos de absolutamente nadie. Y por eso no estamos de acuerdo en lo que sucedió. Y también culpamos a la autoridad por su inactividad para ejercer con firmeza que se respete el estado de derecho para la salvaguarda del patrimonio público y privado que se vio vergonzosamente violentado.

Hablan de violencia de género. ¿Cuál? ¿La que ejerce el género masculino en contra del femenino o la que ejerce el propio género femenino en contra de sí mismo? Es decir, si una mujer policía, en el cumplimiento de su deber -salvaguardar el estado de derecho- es agredida por otra mujer que se “manifiesta libremente” ¿eso no es violencia de género? ¿No se incurre en uno de los actos de violencia que se denuncian en esas protestas? Y después de todos los daños causados al patrimonio de muchos zacatecanos (algunas de ellos, mujeres) y al patrimonio público, todavía se publica un comunicado para denunciar que algunas de las manifestantes fueron “reprimidas” con gases lacrimógenos. No puede ser.

Ha pasado en años anteriores y volvió a pasar en éste. La autoridad debe de garantizar la seguridad de todos, especialmente de las mujeres, de acuerdo. Pero hay que aceptar que esto no sucederá como consecuencia de ir a romperle los vidrios a los comerciantes zacatecanos a quienes el gobierno tampoco les ayudará, es decir, esto parece ya más una guerra civil en la que el árbitro está dormido. ¿No será mejor tratar de ponernos de acuerdo entre nosotros para no afectarnos y luchar juntos para defender nuestra causa común que es vivir en paz, de forma segura y sin violencia? ¿O es acaso que el derecho a ello pertenece sólo a unos cuantos?

En el mismo comunicado se expresa estar en contra de esto, de lo otro y de aquello; yo me pregunto, bueno, queda claro en contra de todo lo que están pero ¿entonces a favor de qué sí están? ¿No está claro que son el odio y el resentimiento social lo que en verdad motiva estas conductas? Y difícilmente esto cambiará si desde arriba se le sigue echando leña al fuego con un discurso que divide y fomenta estos sentimientos tan negativos que debemos de sacudirnos. Saque usted sus conclusiones.

[email protected]




Más noticias

juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon
juan carlos ramos leon

Contenido Patrocinado