
Juan Carlos Ramos León.
Se cuenta que un joven quiso verse más listo que un sabio famoso y dijo a un amigo: “mira, sé cómo engañar al sabio; llevaré este pajarito en mi mano a su presencia y le preguntaré: ¿maestro, el ave que llevo en mi mano está vivo o muerto? Si contesta que está vivo, apretaré la … Leer más
Se cuenta que un joven quiso verse más listo que un sabio famoso y dijo a un amigo: “mira, sé cómo engañar al sabio; llevaré este pajarito en mi mano a su presencia y le preguntaré: ¿maestro, el ave que llevo en mi mano está vivo o muerto? Si contesta que está vivo, apretaré la mano y lo mataré; si contesta que está muerto, abriré la mano y lo dejaré volar, así que no tiene escapatoria, de cualquiera de las dos formas le demostraré que está equivocado y todo el mundo se dará cuenta de que no era tan sabio como se creía. Así lo hizo y la respuesta del sabio fue de lo más inesperada: ‘joven, la respuesta está en tus manos’.
Nos quejamos siempre de todo lo que sucede a nuestro alrededor pero déjeme le digo que si el sistema nos da basura es porque de basura lo alimentamos. Mire usted los candidatos que le damos al sistema para que todos votemos por ellos y luego vea usted los gobernantes que obtenemos. Vea usted lo que les pagamos a los maestros de primaria y luego observe la calidad de educación que obtenemos para nuestros hijos, lo mismo con los doctores y enfermeras de los servicios públicos de salud.
Luego vea usted lo que estamos dispuestos a gastar en asistir a un partido de fútbol, contratar un servicio de televisión que nos permita acceder a todos los juegos de la liga, comprar para nosotros y nuestros hijos las camisetas de nuestro equipo favorito en una fortuna, y consumir todos los productos -casi siempre destructivos- que ahí se nos anuncian y entonces comprendamos por qué un jugador de fútbol que todavía no cumple los veinte años gana diez veces más que un investigador que lleva toda su vida preparándose para dejar a la sociedad un legado.
No sé si haya escuchado usted acerca de una plataforma en la Web que se llama “Only Fans”. Se trata de una red social que favorece un intercambio monetario entre quienes tienen algún contenido qué ofrecer y los que quieren acceder a él sin intermediarios entre ellos como los publicistas. Pues bien, cientos, si no es que miles, de mujeres quienes recibieron de la vida el privilegio de contar con una buena apariencia, están haciendo verdaderas fortunas ahí. ¿Cómo? Ya se imaginará usted. Y luego nos preguntamos cómo es que se sigue viendo a la mujer como un objeto y en marchas se nos exige violentamente a los hombres el dejar de acosarlas.
Se cosecha lo que se siembra, no hay más. Y si comenzáramos por darle al sistema un poco más de los valores que como sociedad mexicana todavía contamos, otro gallo puede cantarnos. Pero debemos de empezar ya. Dese cuenta de que se nos está acabando el tiempo antes de que esto se vuelva irreversible. La respuesta está en sus manos.