El liderazgo que deben tener los candidatos

Todos somos iguales como seres humanos, dependemos los unos de los otros y nos cuidamos mutuamente para nuestra propia supervivencia. Todas las sociedades nos enfrentamos a muchos problemas, como inseguridad, empleo, educación, salud y muchos mas problemas que hemos creado nosotros mismos en nuestras mentes.

Pensamos de una manera muy cerrada, muy estrecha, centrándonos cada uno de nosotros demasiado en “mí”, “mis necesidades”, “mi familia”, “mi comunidad”, “mi  municipio”, “mi distrito”, “mi estado”,”mi nación”. Sin embargo, puesto que somos responsables de muchos de los problemas a los que nos enfrentamos, es razonable pensar que también podemos resolverlos desde una curul o servicio municipal y gubernamental.

Por encima de todo, debemos cultivar el sentido de la unidad de todos los seres humanos, debemos reconocer que, en comparación con eso, las diferencias de partido, de nacionalidad son secundarias.

Podemos reflexionar y planificar el futuro, todos formamos parte de una economía global y, debido a los avances tecnológicos, el mundo se vuelve cada vez más pequeño. Tenemos que considerar las necesidades de todo el planeta y de toda la humanidad, porque todos somos humanos por igual y tenemos que vivir juntos.

Cuando veo y analizo a un candidato, pienso que es igual que yo. Un ser humano que debe preocuparse y ocuparse por un orden social donde todos vivimos. Para lograr los objetivos sociales, necesitamos paz mental en nuestro interior.

Sin embargo, las emociones destructivas perturban nuestra serenidad. Aquellos que se preocupan principalmente por el desarrollo material piensan en la felicidad y el bienestar sólo en términos de salud física y comodidad, sin embargo, nuestra salud mental es fundamental.

El candidato debe examinar qué es lo que perturba la mente y, a continuación, considerar qué es lo que contrarresta esas perturbaciones. Porque las actitudes egocéntricas y los conceptos erróneos sobre la naturaleza del yo son la raíz de las emociones nocivas que trastornan la mente, y no se puede aspirar a gobernar así.

Debemos intentar incorporar a nuestro sistema educativo la comprensión del funcionamiento de nuestras emociones y las formas de abordarlas. Si los candidatos son amables y compasivos, serán sinceros, porque la honestidad conduce a la confianza, la estabilidad y a ejercer el servicio de gobernar con autenticidad.

Éxito a todos los que van a participar en esta aventura de llegar a servir.