De equipos, no de grupos

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Muchos problemas de este país, de esta entidad federativa, de nuestros municipios, no existirían si tuviéramos más fincados en la realidad tanto el trabajo como el buen resultado de equipos. De equipos, no de grupos. De objetivos, no de intereses. De colectividad, no de egoísmos que utilizan arteramente a quienes bien colaboramos. Los equipos ―recuerda … Leer más

Muchos problemas de este país, de esta entidad federativa, de nuestros municipios, no existirían si tuviéramos más fincados en la realidad tanto el trabajo como el buen resultado de equipos.

De equipos, no de grupos. De objetivos, no de intereses. De colectividad, no de egoísmos que utilizan arteramente a quienes bien colaboramos.

Los equipos ―recuerda Daniel Cassany― son estructuras diseñadas para ayudar a sus miembros a aprender con eficacia, autorregulación y responsabilidad. Analicemos estos cuatro grandes conceptos.

El aprendizaje implica crecimiento, adaptación, fortaleza. Se aprende para responder mejor, para mejorar vida y entorno.

La eficacia permite no sólo una supervivencia sino también un mejor desarrollo. Si no se busca la eficacia es vano dedicar tantas horas al trabajo. No es lo mismo actividad que productividad.

La autorregulación implica saber y poder colocarnos, dosificarnos, darnos ritmo respecto a una regla, a algo preciso para una situación determinada. Muchas personas de pasión desbordada hemos tenido dificultades (con uno mismo y los demás) por esa falta de comprensión de qué tanta energía debe destinarse en determinado contexto. Por eso dice una canción que “aprendí a no querer tanto y a querer mejor”.

La responsabilidad es la capacidad de dar una respuesta. Tan fácil es culpar a otros, al ambiente, al momento, a la dificultad… y lo difícil es asumir la propia responsabilidad. Como muchas matronas, decía mi abuela Carolina Padilla a la hora de impartir doble castigo: “A uno porque golpeó y al otro porque permitió que lo golpearan”.

En el grupo puede ganar siempre quien lo mangonea, quien exige a otros el sacrificio; en el equipo todos debemos ganar. En el grupo puede uno rebasar sin consideraciones o abandonar la lealtad en el momento en que algo flaquea… o convence en otro lado. En el equipo campean confianza, apoyo, delegación, coordinación; el interés común que es superior y más permanente que el deseo pasajero y a veces caprichoso de uno solo. En el equipo figuramos todos y ganamos todos: no nos desgastamos para resaltar el nombre de una sola persona que termina por minimizarnos u olvidarnos.

Muchos problemas acabarían si dejamos de competir en grupo y de veras construimos en equipo.

Recalco: de veras.




Más noticias


Contenido Patrocinado