”Cuetones” y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Hay muchas versiones del porqué se truenan, cuetes, cohetes, cuetones y pirotecnia en las fiestas religiosas.

Creo que todos los que leen este texto han escuchado los cuetones pirotécnicos en las fiestas patronales y casi todos los habremos padecido.

Del porqué se truenan, cuetes, cohetes, cuetones y pirotecnia en las fiestas religiosas, hay muchas versiones.

Algunas en lo personal me parecen inverosímiles, como que con el estruendo se llama la atención de las deidades, en lo particular prefiero la que me contaba mi tía abuela, Paula Corpus, mujer religiosa en el extremo, pero sensata en lo social, “Pavita”, como le decíamos de cariño me platicaba que en los tiempos de que no había radio, teléfono ni televisión, la forma de avisar a los parroquianos que habría misa en deshoras, ya fuera mañanitas o misa de gallo, era lanzando cuetes, que incluso por el número de estruendos, se podía saber si la misa sería oficiada por un Obispo, un cura o un sacerdote.

Lo que me platicaba Pavita, tiene toda la lógica en tiempos donde no existían medios de comunicación, redes sociales o despertador.

Pero, en un mundo diverso que se pretende democrático, laico y pacífico, hay infinidad de herramientas que pudieran evitar esta lluvia de tronidos que son un dolor de cabeza para muchos ciudadanos y lejos de procurar la fe, propician el rechazo.

Primero, los que no son católicos, despiertan aunque no profesen; los que son católicos, también habrán de despertarse aunque no vayan a misa. Tercero hay muchas personas que profesan religión, pero no practican y aún se enteran; cuarto, es lamentable escuchar los gritos, sollozos y llantos de niños y bebés, que sin conocer el contexto ni las tradiciones, son despertados a punta de explosiones.

Quinto: la inseguridad no está para estar tronando pirotecnia; no sabemos sí son cuetes o es otra balacera; sexto las personas que tienen mascotas también padecen este acto egoísta, los animales domésticos perros y gatos, sin dejar de lado los animales de labor como caballos y bueyes se exaltan y aunque los cuetes duren diez minutos, los sollozos y los aullidos pueden prolongarse por horas

Punto Final

Sería sensato que los centros religiosos levantarán un directorio de aquellos que desean acudir a los eventos religiosos y en lugar de estar tronando cuetones, se les enviara un mensaje de texto o alguna alarma. Más barato, práctico y empático.




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