Con…Ciencia. Muerte

En circunstancias comunes, la muerte es un fenómeno simple y evidente cuya comprensión no requiere de ideas extraordinarias ni de reflexiones profundas. Tanto el nacimiento como la muerte, son los acontecimientos más importantes que marcan la existencia de todo ser humano.   Así, ¿Qué otra interpretación podría significar la muerte, si no el fin natural … Leer más

En circunstancias comunes, la muerte es un fenómeno simple y evidente cuya comprensión no requiere de ideas extraordinarias ni de reflexiones profundas. Tanto el nacimiento como la muerte, son los acontecimientos más importantes que marcan la existencia de todo ser humano.

 

Así, ¿Qué otra interpretación podría significar la muerte, si no el fin natural de todo ser vivo? A pesar de esto, la especie humana en su afán natural de curiosidad, ha construido diferentes imaginarios para dar respuesta a esta pregunta.

 

De acuerdo con la Oficina de Referencia de la Población, se estima que desde los tiempos de la prehistoria hasta nuestros días han existido 108,000 millones de seres humanos habitando este planeta, de los cuales casi todos han fallecido quedando únicamente 7,700 millones vivos.

 

Visto de alguna manera, la vida significa el arte de administrar la muerte, alejar lo más que sea posible su llegada inminente buscando sortear los peligros que acechan al ser humano. De todos los seres vivos, los humanos somos la única especie que adquirimos una individualidad muy singular; al estar conscientes de nuestra muerte, esta idea nos acompaña desde la niñez hasta nuestro último momento de vida. De manera que, la existencia humana sería mucho muy diferente si esta conciencia no existiera y la muerte simplemente llegara al final.

 

Todo aquel que nace sabe que tarde o temprano deberá enfrentar su proceso de muerte. Cada ser humano deberá enfrentar los últimos instantes de su vida de manera “solitaria”, por su cuenta propia. La muerte es un hecho destinado a cada quien, un acontecimiento íntimo y personal; morir es una circunstancia extraordinaria y como experiencia nadie ha sido capaz de transmitirla a otro, nadie puede enseñar a morir.

 

El Rey se Muere” es un guion para teatro escrito Eugene Ionseco; casi al final de esta obra el autor escribe un texto donde implora en vano conocer la experiencia humana de la muerte:

 

[Vosotros, innumerables, vosotros que habéis muerto antes que yo ayudadme. Decidme cómo lo habéis hecho para morir […] Enseñádmelo. Que vuestro ejemplo me consuele, que pueda apoyarme en vosotros como si fuerais mis muletas, apoyarme en vuestros fraternales brazos. ¡Ayudadme a franquear la puerta que habéis franqueado! ¡Volved a este lado un instante para socorredme! […] ¡Decidme cómo sucede todo!].




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