Comunicar para gobernar

La comunicación es fundamental en cualquier sociedad, muchos atribuyen esta capacidad al desarrollo de las primeras culturas de la humanidad, la capacidad que tenemos y hemos desarrollados los seres humanos nos ha permitido establecer esquemas de comunicación cada vez más amplios, eficaces, oportunos, y eficientes. Cuando de gobernar se trata, la comunicación es fundamental en … Leer más

La comunicación es fundamental en cualquier sociedad, muchos atribuyen esta capacidad al desarrollo de las primeras culturas de la humanidad, la capacidad que tenemos y hemos desarrollados los seres humanos nos ha permitido establecer esquemas de comunicación cada vez más amplios, eficaces, oportunos, y eficientes.

Cuando de gobernar se trata, la comunicación es fundamental en la capacidad de saber cómo, cuándo, para qué y a quién, en la cual se han sustentado el éxito o fracaso de miles de gobiernos a lo largo de la historia en todo el mundo. La sociedad tan compleja, heterogénea y en constante transformación como lo es, ha obligado a que la comunicación vaya modificándose para lograr mantener una relación fructífera entre gobernantes y gobernados.

Hoy en nuestro país los estándares de comunicación, y en particular de comunicación política, se encuentran en constante debate por la forma que el gobierno actual se mantiene en comunicación con su sociedad; se acabaron aquellos mensajes a la nación, acartonados, sobre producidos, donde el mensaje y el presidente eran los únicos protagonistas, la comunicación era de una sola vía.

A pesar de romper los esquemas tradicionales y prestablecidos de la comunicación, a pesar de su lenta y pausada forma de hablar, a pesar de segmentar y categorizar a todos en su discurso, sin duda nuestro presidente ha resultado ser un magnifico comunicador, un estratega de la comunicación política y ha logrado capitalizar esa gran característica.

Sin importar la relevancia, el contenido, lo delicado o insignificante del mensaje que pueda emitir, todo lo que diga el presidente ha logrado trascender en la opinión pública, incluso tiene la capacidad que de manera personal puede convertir un tema trascendental en un tema sin importancia de un día al otro. El relevo como nota nacional entre los problemas del INSABI y la rifa del avión presidencial dio muestra de lo anterior.

Lo que pudiera interpretarse como una manipulación de la información y con ello de la comunicación, ha terminado por convertirse en exitosos elementos que mantienen la legitimidad del presidente y con ello, nos guste o no, la gobernabilidad de un país que a pesar de los dichos de López Obrador no va viento en popa.

Todos los medios de comunicación, tanto aquellos tradicionales como las nuevas plataformas digitales están al servicio de los discursos mañaneros de todos los días, durante el último año ha sido prácticamente imposible que un tema o una pregunta que intente contravenir los intereses presidenciales se convierta en un tema prioritario o de interés nacional, es solo aquello lo que convenga o interese al presidente es merecedor de ser conocido y discutido.

Lo anterior también pudiera interpretarse como una manera muy sutil de limitar información y expresiones que simplemente no convienen al gobierno en turno, sin embargo, no ha sido considerado como tal, pues la gran capacidad del presidente ha logrado mantener el interés y la simpatía de la gente con algo tan básico como lo es la empatía que mantiene con un gran sector de la población.

Es así como entre aplausos y muecas de preocupación vemos el actuar diario, protagónico y estelar de nuestro presidente mientras nos gobierna.




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