Cerrado por derribo

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Cerrado por derribo” es un aviso o frase española que se pone en los edificios que se van a derribar, avisando para que nadie entre, ya que puede ser peligroso. Coloquialmente, se habla de algo para referirse a una etapa o algo que se acaba. Ponerle fin con alegria a una experiencia de vida, es … Leer más

Cerrado por derribo” es un aviso o frase española que se pone en los edificios que se van a derribar, avisando para que nadie entre, ya que puede ser peligroso. Coloquialmente, se habla de algo para referirse a una etapa o algo que se acaba. Ponerle fin con alegria a una experiencia de vida, es porque dejo enseñanzas y aprendizajes para enfrentar las situaciones venideras.

Aunque no haya ninguna nueva o vieja fase en el continuo ciclo de la vida del nacer, crecer. reproducirse y morir, están dos fases del ser humano que son la enfermedad y el envejecimiento que enfrentamos con los años haciéndonos mas sabios, y mas humanos. Coincido con San Agustín de Hipona cuando habla al intentar comprender el tiempo a partir de la experiencia del pasado, del presente y del futuro, que es muy problemática porque el pasado ya no existe y el futuro todavía no es; entonces el tiempo está hecho de no-ser y de un presente inestable que no se deja atrapar fuera de una anticipación de futuro o de una transformación en pasado, y el presente es el instante del tiempo.

En cada etapa de vida somos testigos de hechos, noticias, muertes, sorpresas que nos llevan a elaborar un plan emergente a corto y mediano plazo para hacer frente a inmensas dificultades y sufrimientos, hay que emprender acciones positivas, cultivando buenos actos para que todos aquellos que tuvieron una experiencia fuerte, incluyendo a quienes han perdido a un ser querido puedan aceptar y superar su situación.

Si un problema se puede arreglar, si se puede hacer algo al respecto con una situación, entonces no hay necesidad de preocuparse. Si no es corregible, entonces de nada ayuda preocuparse, porque no existe ningún beneficio al preocuparnos.

Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás. Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabiduría, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal. Aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, debemos siempre hacer algo por la vida a favor de otros.

Para poder valorar mejor a los demás, es importante primero reflexionar sobre el error de valorarnos a nosotros mismos y en la cualidad de apreciar a otros, y si estimamos a los demás, entonces nosotros y los otros, seremos felices. Dado que tenemos esta inteligencia humana única, deberíamos utilizarla para resolver los desafíos que nos enfrentamos. Nunca debemos rendirnos o decirnos que no hay esperanza.

Si nos fijamos metas positivas y estamos bien motivados para buscar el bienestar de los demás, sin importar las dificultades a las que nos enfrentamos, debemos mantener nuestra fuerza y permanecer decididos. Además de tener confianza en uno mismo, debemos ser honestos y honestos.




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