Católicas por el Derecho a Decidir

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Me ha llamado la atención la asociación “Católicas por el Derecho a Decidir”. Es una organización que nace formalmente como el 3 de agosto de 1994, gracias a la iniciativa de Frances Kissling (entonces Presidenta de Catholics for Choice) En ese año, tan significativo y complejo para la vida política nacional, se constituye como una organización de … Leer más

Me ha llamado la atención la asociación “Católicas por el Derecho a Decidir”. Es una organización que nace formalmente como el 3 de agosto de 1994, gracias a la iniciativa de Frances Kissling (entonces Presidenta de Catholics for Choice) En ese año, tan significativo y complejo para la vida política nacional, se constituye como una organización de creyentes que, desde una perspectiva ética, católica y feminista, se suman a la defensa de los derechos humanos de mujeres y jóvenes, en particular los sexuales y reproductivos, incluido el acceso al aborto seguro y legal, y su vinculación con la justicia social, la democracia y la laicidad.

Desde entonces, han elevado las voces de millones de personas creyentes cuyas convicciones divergen de las oficiales; para difundir argumentos católicos alternativos a las posturas conservadoras de la jerarquía católica y de otros sectores sociales, con miras a transformar actitudes y prácticas sociales y culturales que limitan el pleno ejercicio de los derechos humanos.

Así, a lo largo de estos años han fomentado el respeto a la autoridad moral de las mujeres y personas con capacidad de gestar para que puedan tomar decisiones sobre su vida, a la vez que han impulsado que las personas puedan disfrutar de su sexualidad de forma placentera, libre e informada, exenta de miedos, culpas, vergüenzas. También han visibilizado que la comunidad de creyentes es diversa y cambiante, y han fomentado valores de respeto e inclusión de las diversas orientaciones sexuales, e identidades y expresiones de género.

Paralelamente trabajan por deconstruir los estereotipos de género que reproducen discriminación y violencias, mientras vigilan que el Estado cumpla con su papel de garantizar los derechos humanos de todas las personas. En suma sus valores liberadores y esperanzadores de una Iglesia y una sociedad distintas, han tenido un efecto de desculpabilización entre personas creyentes y de reconciliación con su propia espiritualidad.

Visualizan y elevan las voces de las personas creyentes que promueven la libertad de conciencia y el reconocimiento de la capacidad moral para tomar decisiones éticas sobre sus vidas. Impulsan la implementación de políticas públicas y la modificación de marcos normativos, y convencidas de que el Estado laico debe ser garante  de todos los derechos humanos, y hacen comunidad apostando por la fuerza transformadora de la organización social y la solidaridad entre pares, donde las personas se constituimos como agentes de cambio a través del poder colectivo. Mi admiración, respeto, felicitaciones al esfuerzo y trabajo por una sociedad incluyente y de RESPETO.




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