Alianzas, coaliciones y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Las elecciones del próximo junio serán las más grandes y tal vez las más concurridas en la historia mexicana, se renuevan cientos de ayuntamientos, congresos locales, 15 gubernaturas y toda la Cámara de diputados federal. Esta situación es inédita, no sólo por el número de cargos en disputa sino por las alianzas y/o coaliciones que … Leer más

Las elecciones del próximo junio serán las más grandes y tal vez las más concurridas en la historia mexicana, se renuevan cientos de ayuntamientos, congresos locales, 15 gubernaturas y toda la Cámara de diputados federal.

Esta situación es inédita, no sólo por el número de cargos en disputa sino por las alianzas y/o coaliciones que los partidos políticos han formado para llegar con más canicas al seis de junio.

Sin embargo, muchos ciudadanos, incluso militantes activos critican severamente estas alianzas tachándolas de oportunistas, carentes de ideología y sólo regidas por la ambición e interés.

He de confesar que hace algunos años, fui uno severo crítico de las alianzas o coaliciones, mis argumentos eran muy similares a los que ahora escucho y leo, priorizaba la “pureza” ideológica sobre la práctica y realidad política.

Pero, al paso del tiempo aprendí y comprendí que en una democracia las alianzas, coaliciones o uniones es algo normal, en muchos casos necesarias, en otros tantos saludables que son producto de la misma libertad que la democracia garantiza.

Más allá, si bien las alianzas políticas son normales en las democracias contemporáneas, desde hace siglos están vigentes; antes eran los Estados los que se unían para hacer frente a una amenaza o consolidar un imperio.

Al instaurarse la democracia en cualquiera de sus variantes las alianzas pasaron de los Estados a los partidos y se popularizaron en medio mundo.

En México, la democracia real es algo relativamente nuevo, muchos analistas coinciden en que las primeras elecciones realmente abiertas y competidas fueron las de 1994 y a partir de ahí, gracias a la autonomía del Instituto Federal Electoral la democracia se fue consolidando.

Tal vez por eso, las alianzas o coaliciones nos resulten novedosas o generen desconfianza, pero si echamos un vistazo a las democracias del mundo descubriremos que las alianzas abundan.

Incluso, hay sistemas parlamentarios que las alianzas entre partidos duran horas, en lo que se saca alguna votación y el partido equis que en la mañana estaba aliado con el partido ye, por la tarde ya está aliado con el partido zeta para ir en contra de sus exaliados.

Punto Final

No nos extrañen las alianzas, son producto de la libertad política y parece que de ahora en adelante serán de lo más común en México. Preocupémonos por los resultados.




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