¡Feliz Año Nuevo a Zacatecas!

Zacatecas a mediados del siglo XX
Zacatecas a mediados del siglo XX

En la actualidad existen muchas formas de celebrar el inicio de un nuevo año, sin embargo, en la antigüedad las cosas eran muy distintas.

En la actualidad existen muchas formas de celebrar el inicio de un nuevo año, sin embargo, en la antigüedad las cosas eran muy distintas. Muchas fechas y fiestas “paganas” – por lo general, las de origen romano-,  fueron asimiladas y cristianizadas por la Iglesia, entre ellas, las de año nuevo, esto ocurrió tras la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano y se reafirmó en el siglo V, cuando comenzaba a integrarse el calendario litúrgico.

En los primeros tres siglos del cristianismo, los romanos no conversos contaban con dos celebraciones en las calendas de enero; por un lado, festejaban a su diosa Strena o Strenua, el primer día de cada año y lo hacían a través de manifestaciones jubilosas, algunas de ellas resultaban desenfrenadas, excesivas o inmorales para la Iglesia; en el mismo tenor, se encontraba la fiesta dedicada a Jano, divinidad de las puertas, de los comienzos, de ahí viene el nombre del primer mes del año que nos rige actualmente: “Januario” (el lugar o el tiempo de Jano, enero).

Debido a los “excesos e inmoralidades” de esas celebraciones, la Iglesia tomó la decisión de santificar el primer día del año y lo consagró como la fiesta de la Circuncisión del Señor. Es posible que esta solemnidad ya tuviera lugar desde el siglo IV, pues se menciona en el segundo concilio de Tours que se realizó en el año 567. En aquel tiempo, el ritual propio del primero de enero consistía en dos misas, una en honor de la Circuncisión de Nuestro Señor y la otra, a la Virgen María: “a fin de que la divina Madre tuviera una parte en las fiestas que se celebran después de la navidad en gloria de su hijo”.

Para mediados del siglo XX, está última celebración desplazaría poco a poco la fiesta de la Circuncisión y desde la década de 1960 se fortalecería la de María Madre de Dios, es decir, la que exaltaba la maternidad de María, quien hizo posible que Jesús arribara al mundo y pudiera cumplir su misión redentora.

La fiesta religiosa del día primero de enero y de su víspera (31 de diciembre) llegó a tierras americanas, y por ende a Zacatecas, desde el siglo XVI, cuando arribaron los primeros frailes. Aunque escasean las fuentes documentales sobre el tema, suponemos que durante la época virreinal, la solemnidad del día de la Circuncisión de Nuestro Señor y de su víspera, era de tintes absolutamente religiosos, es decir, la misa y el descanso obligatorios; y tal vez, alguna familia pudiente lo complementaba con banquete.

En el siglo XIX, las cosas no cambiaron de manera notable, aunque de este periodo tenemos registrada una frase típica que intercambiaban las personas al comienzo de cada año: “Os deseo un año feliz seguido de muchos otros, y el paraíso al fin de vuestros días”. Los sermones, la liturgia, los catecismos y otros textos de la temporada, invitaban a dar gracias al Creador por la vida y todos los dones; estimulaban el examen de conciencia y el establecimiento de los propósitos para el año venidero, sobre todo, los que estaban relacionados con el concepto de renovación y mejora.

A partir del siglo XIX, las personas comenzaron a frecuentar los lugares públicos para la convivencia y la costumbre de celebración del año nuevo comenzó a experimentar cambios, la gente salía de sus casas para departir con otros. Es así que al despuntar el siglo XX, las personas celebraban de acuerdo a sus posibilidades y a la posición social a la que pertenecía: los de la llamada clase media baja y la baja, que era la gran mayoría, sólo se conformaban con dar gracias a Dios o ir a misa, algunos lo hacían desde sus casas, otros acudían a algún templo, y había quienes iban exclusivamente a la catedral, otros cenaban para luego darse mutuas felicitaciones y se dormían; otros, los ricos o, al menos los que tenían una membresía en el Casino Zacatecas (ubicado a dos puertas del teatro Calderón), participaban de un gran baile de gala para recibir el año nuevo. La mejor época de estos bailes de gala fue a mediados del siglo XX.

En la actualidad, como lo he mencionado, cada quien celebra o festeja como puede o corresponde a sus creencias, convicciones o intereses: los sacerdotes y religiosas lo hacen a su modo y acorde a la tradición y prescripciones litúrgicas; los seglares suelen ir a misa de gallo para ya no tener que ir el día primero (ya que es obligatoria la misa), ahí dan gracias al Creador para luego regresar a sus casas; otros no salen, todo lo hacen en sus hogares; algunas familias cenan en curso, otras se dispersan y lo hacen con otras personas o en sitios públicos; diversos establecimientos restauranteros y hoteleros organizan bailes o cenas de año nuevo.

A las doce de la noche los fuegos pirotécnicos surcan el frío cielo de Zacatecas para anunciar que un año llegó a su fin y con alegría es recibido uno nuevo que trae consigo muchas sorpresas.

 

*Cronista de Zacatecas

 




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