

Salvador González, secretario de Desarrollo Económico de SLP.. | Foto: Cortesía.
El Runrún de hoy, miércoles 10 de diciembre del 2025.
La realidad económica que atraviesa Zacatecas es cada vez más lacerante. El reporte de ayer del Instituto Mexicano del Seguro Social confirma lo que durante muchos meses ciudadanos y empresarios perciben, y es que el estado pierde empleos y no existe un proyecto claro para frenarlo y menos para revertirlo.
La caída anual de mil 776 puestos de trabajo no es sólo una cifra o un número; es el reflejo de un gobierno que, en cuatro años, no ha logrado diseñar ni ejecutar una estrategia efectiva detonadora de la economía.
Mientras entidades vecinas, como San Luis Potosí, anuncian con entusiasmo la casi inminente instalación de una nueva planta automotriz de la marca MG —con miles de empleos proyectados y un dinamismo que se multiplica—, en Zacatecas seguimos paralizados, celebrando pequeñas economías de queso y mezcal que, si bien forman parte de nuestra identidad, no representan un motor suficiente para el desarrollo. Brindaremos en próximos días porque llegan las tiendas 3B al estado, enfocadas en economías poco desarrolladas.
Los números del IMSS ubican a Zacatecas entre las 17 entidades con cifras negativas. No hay sorpresas, porque no existe infraestructura estratégica, no hay incentivos de inversión y tampoco existe desde la Plaza de Armas, una visión de largo plazo, por ello es imposible retener talento y mucho menos atraer empresas.
La Industria minera otra vez al rescate de la debilitada economía
A pesar de la constante disminución de empleos y de la evidente falta de una visión estratégica para atraer inversión, la minería vuelve a convertirse —por enésima ocasión— en el pulmón que permite a Zacatecas respirar ante una economía cada vez más raquítica.
Mientras otros sectores se estancan, el Clúster Minero de Zacatecas demuestra organización, innovación y una articulación ejemplar entre empresas, proveedores, academia y autoridades.
Ayer estuvo de visita una delegación de la Secretaría de Desarrollo Económico de San Luis Potosí (SEDECO), encabezada por su titular Jesús Salvador González Martínez, para conocer el modelo de organización y gobernanza del Clúster Minero de Zacatecas (Clusmin). Esto confirma que, incluso en medio del deterioro económico estatal, la minería sigue siendo un modelo digno de estudio.
Los objetivos estratégicos de la minería, desde la promoción de energías limpias hasta la formación de capital humano especializado, proyectan un sector que evoluciona mientras el resto del aparato gubernamental carece de rumbo. Es claro que Zacatecas no puede vivir sólo de la minería, pero hoy, sin ella, simplemente no sobreviviría. Otra vez se debe decir.
Inhabilitación de Enrique Flores revive sombras políticas en Guadalupe
La reciente inhabilitación del exalcalde de Guadalupe, Enrique Flores Mendoza, no sólo representa un acto administrativo derivado de irregularidades en el uso de recursos públicos; constituye, sobre todo, el resurgimiento de viejos expedientes políticos que la justicia dejó en pausa durante años. Su sanción trae de vuelta a la discusión pública la figura del ex presidente municipal Julio César “N”, hoy prófugo y señalado por el presunto homicidio del empresario Raúl Calderón.
Vale recordar que fue justamente Julio César “N” quien, durante su primer mandato, promovió las denuncias administrativas que hoy derivan en la inhabilitación de Flores Mendoza. El tiempo, sin embargo, colocó a cada uno en extremos insospechados: el denunciante, convertido en acusado de un crimen grave; y el denunciado, enfrentando apenas ahora las consecuencias administrativas de su gestión.
El Tribunal de Justicia Administrativa ha demostrado que las instituciones pueden funcionar cuando existe voluntad jurídica. Sin embargo, el verdadero desafío recae en la Fiscalía General de Justicia del Estado, que continúa sin ejecutar la orden de aprehensión contra el exalcalde evadido. La legalidad no puede ser selectiva.
Guadalupe enfrenta un problema profundo: sus viejas historias políticas regresan no por memoria institucional, sino por omisiones acumuladas. La justicia, si quiere ser plena, debe completarse.

Críticas episcopales profundizan disputa dentro de Morena
Las declaraciones del Obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, no solo encendieron el debate público, sino que terminaron por desnudar la ruptura interna que Morena ya no puede ocultar.
Cuando el prelado afirmó que el país y el estado viven un deterioro profundo y que el partido debe una explicación a las víctimas —especialmente las dejadas por la violencia durante la llamada Cuarta Transformación y los miles de desaparecidos—, tocó una fibra que los operadores políticos del guinda prefieren evitar.
El joven, inexperto e imperceptible dirigente del Consejo Estatal de Morena, Rubén Flores, sin arraigo porque no es zacatecano, intentó subirse al ring para confrontar al Obispo, sin medir ni el peso social de la figura ni el respaldo social que tiene en Zacatecas Monseñor. Su reacción, más visceral que política, abrió una grieta que ahora es imposible disimular.
Quien terminó desmarcándose fue el subsecretario de Gobierno, Omar Carrera Pérez, dejando de manera clara que el verdadero exceso no provino del púlpito, sino de la dirigencia partidista. Con su postura, Carrera Pérez recordó que Morena nació del diálogo y que exhibir confrontaciones internas es un error estratégico que solo profundiza el desgaste.
El incidente muestra que, más allá del discurso oficial, Morena enfrenta una crisis de conducción moral y política. Zacatecas, hoy más que nunca, necesita sensatez, no protagonismos de ocasión. El Presidente del Consejo Estatal no conoce a Zacatecas y no conoce a su gente.
Runrunazos
Ante la falta de visión estratégica del gobierno para atraer inversión y empleo, Zacatecas vuelve a encontrar en sus productos tradicionales un inesperado salvavidas económico. Primero el queso, y ahora el mezcal, declarado patrimonio cultural inmaterial, demuestran que la identidad productiva puede más que cualquier plan oficial fallido. Con empresas que crecen, exportan y generan empleos, el mezcal se consolida como la potencia que intenta levantar una economía estatal cada vez más debilitada.