Votamos por cambio de régimen

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La corrupción fue el modo de neutralizar la Constitución de 1917.

Hay algo que muchos no entienden, el proyecto de cambio que en 2018 fue avalado por los mexicanos ofrece la superación del modelo económico que el salinismo introdujo, pero también el cambio de régimen. Sin tomar en cuenta esto último no se podrá entender el conflicto con el poder judicial.

La corrupción se convirtió en factor de estabilidad política del viejo régimen, luego creció tanto que acercó a los mexicanos al borde del estallido social, un cambio real no puede afianzarse sin eliminar este mal de males, pero ¿Cómo hacerle con un poder judicial diseñado para mantener privilegios de una minoría?

El presidente asume la lucha contra la corrupción tomando en cuenta que el esquema constitucional contemporáneo le fija límites que antes no existían. Lo que puede hacer es detectar hechos susceptibles de ser calificados como delitos en la esfera pública y denunciarlos con sustento ante un órgano de estado que ya no está bajo en la esfera de atribuciones del poder ejecutivo, la fiscalía es un órgano de estado que goza de la misma autonomía que ejerce el poder judicial.

La existencia de aliados de la impunidad para los del viejo régimen la padece la propia Fiscalía General de la República como se puso de manifiesto cuando el fiscal del caso Ayotzinapa pospuso lo más que pudo las órdenes de aprehensión contra altos mandos, entre los que sobresalen Murillo Karam y dos generales en ese momento con mando de tropa, el individuo prefirió renunciar.

En los estados, gobernadores como el de Tamaulipas, Américo Villarreal topan con pared cuando presenten denuncias contra la corrupción del gobierno anterior, como le sucede al de Morelos, los fiscales actúan como guardianes de la élite desplazada ¿En Zacatecas el saqueo al ISSSTEZAC y la estafa legislativa no son buenos botones de muestra?

El poder judicial, atado al pasado

Cuando se pasa la aduana de la fiscalía, el poder judicial tiene la palabra, el desempeño de jueces es igualmente autónomo, casi suelto, sus resoluciones protegiendo a poderosos delincuentes o presuntos son tristemente célebres, la compraventa de amparos protegió latifundios que violaban la ley, libera culpables, castiga inocentes y algo que puso de moda Claudio X y sus tres partidos, sabotea el interés general por razones políticas (tren Maya, libros de texto, etc.).

Muchos juzgadores no se sienten con los tamaños para contradecir a poderosos, aunque eso implique atentar contra el interés de los mexicanos, Así lo confirma el caso de la protección judicial a Iberdrola para que no pague la multa de nueve mil millones de pesos o la amplia colaboración a la estrategia de Ricardo Salinas Pliego en su afán de eludir el pago de 25 mil millones de pesos al fisco.

La corrupción fue el modo de neutralizar la Constitución de 1917, al cobijo de la misma se fueron bloqueando todas las políticas socialmente redentoras que alcanzaron su clímax en el mandato del general Lázaro Cárdenas pero que fueron definitivamente desplazadas con el arribo del neoliberalismo que tiene en Carlos Salinas de Gortari su máximo exponente.

El poder judicial no cumple su misión si es sometido por el poder político o por el poder económico, durante la mayor parte de su existencia careció de autonomía en los hechos, se plegó a la voluntad del presidente de la República en todo, basta recordar que con Peña Nieto la SCJN desautorizó la consulta popular sobre la entreguista reforma energética que implica la renuncia a la soberanía nacional y que años antes bloqueó la investigación del incendio de la guardería ABC en Hermosillo Sonora.

Cuando un ente público obligado a reintegrar los recursos públicos no ejercidos incurre en falta, pero ¿Qué se puede hacer con un poder judicial que tiene años haciendo lo mismo?  La manga ancha para esas conductas propicia la aparición de muchos listos que solicitan más de lo que van a ejercer para echar mano de “los guardaditos”, la legislatura local zacatecana es veterana en esa práctica.

Democracia real

El movimiento que lidera López Obrador siempre ha sostenido que se busca cambiar el régimen, no sola la administración, y que el cambio tiene que contar con la participación popular (Con el pueblo todo, sin el pueblo nada) para eso, la mañanera se convirtió en la plataforma explicativa poderosa que neutraliza la labor del conglomerado mediático que surgió a la par del viejo régimen, pero la consolidación del nuevo régimen va de la mano de la democracia directa, la que traslada las decisiones a los ciudadanos, como en muchos países dónde elegir jueces, fiscales y hasta comisionados de servicios públicos es vieja tradición, los zacatecanos podemos preguntarles a nuestros familiares en California para entenderlo.

Sin cambio de régimen la corrupción seguirá siendo impune.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado