Urgen colectividades organizadas

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El campo zacatecano necesita terapia intensiva pero la dispersión de los campesinos hace que cada quién se rasque con sus propias uñas, así será muy difícil lograr con prontitud la recuperación de la soberanía alimentaria. La sustitución de lo que antes se conoció como Procampo por la producción para el bienestar es una estrategia que … Leer más

El campo zacatecano necesita terapia intensiva pero la dispersión de los campesinos hace que cada quién se rasque con sus propias uñas, así será muy difícil lograr con prontitud la recuperación de la soberanía alimentaria.

La sustitución de lo que antes se conoció como Procampo por la producción para el bienestar es una estrategia que se propone hacer más rentable el subsidio, socialmente más justo y más honesto su ejercicio, metas que nadie puede cuestionar.

Todavía vivimos los ecos de descontento ilegítimo de los que utilizaron en el viejo régimen los problemas campesinos para potenciar ambiciones electorales y para hacer negocios como intermediarios con la burocracia que atiende al sector, sin embargo, existen disposiciones en el nuevo entramado que deben ser analizadas a partir de la experiencia de los propios productores.

La fijación del límite en 20 hectáreas para ser beneficiario del programa Producción para el Bienestar supone el propósito no de subsidiar a los grandes productores para canalizar los recursos a los sectores más necesitados, pero siendo esencialmente justa la fijación de ese límite, hay situaciones en las que eso significa la marginación de productores que por razones circunstanciales no están en la hipótesis exigida, tal es el caso de varios miembros de una misma familia que pusieron sus cinco u ocho hectáreas a nombre del hermano que se queda en la tierra, para acceder al subsidio mientras ellos se van a ganar la vida en temporadas a los Estados Unidos y por eso rebasan el límite de las 20 hectáreas quedando todos fuera de los beneficios.

Dicen productores que la solución es muy sencilla, que en vez de privar del subsidio a quien posee más de 20 hectáreas, se mantenga como tasa máxima el correspondiente a esa superficie y de ese modo se evitan esos inconvenientes, es decir, que se universalice el programa con la misma lógica del de adultos mayores.

Desorganización programada

La indefensión de los campesinos deriva de la desorganización inducida durante décadas, a los ejidatarios les menguaron deliberadamente su cultura de asamblea cultivada por largo tiempo, los pequeños propietarios, los ganaderos, los fruticultores y demás han sido víctimas de maniobras de funcionarios de los tres niveles de gobierno que le dan al líder los beneficios que al resto les niegan a cambio de que nada más le haga al cuento que gestiona, reclama, protesta, convirtiendo a las organizaciones permanentes, en oficinas de trámites en vez de instrumentos de lucha colectiva.

México vive un cambio hacia la justicia social que tiene la desventaja de la dispersión de los sectores populares del campo y de la ciudad, las minorías pudientes no han requerido existir colectivamente porque han dispuesto del peso político individual suficiente para hacerse atender por los gobernantes, no es el caso de los productores zacatecanos, si no existen colectivamente no cuentan para el gobierno.

Los gobernantes autoritarios y sin voluntad de justicia prefieren que los gobernados estén dispersos, entretenidos y desinformados, prefieren entenderse con individuos a los que puedan amenazar o llegarle al precio en vez de que con colectividades organizadas, su paso en la vida pública nada tiene que ver con propósitos sociales trascendentes sino con el gusto por los altos sueldos y el dispendio que nos puso en manos de una clase gobernante de las más caras del mundo, por eso es indispensable que los mexicanos altamente motivados por la #Cuarta Transformación concentren sus energías en favorecer la recuperación de la organización e iniciativa colectiva de los sectores productivos, de los trabajadores, de las comunidades estudiantiles, de los empresarios de cada segmento del capitalismo, solo así se abrirá la ruta de crecimiento con equilibrio, de la justicia social con libertades.

La cultura de las colectividades organizadas distingue perfectamente la frontera entre partidos y organizaciones y hace de la pluralidad de sus miembros sostén de la democracia interna al no mezclar asuntos partidistas electorales con la vida de la organización de productores, de sindicatos, de cámaras de la iniciativa privada, respetando escrupulosamente el derecho de cada miembro en lo individual a identificarse con una marca u otra, sin embargo, en Zacatecas hay un atraso impresionante a ese respecto, pues la incomprensión de su papel hace ver a los dirigentes siempre “casados” con una facción en escena.

Organizarse para existir

Existe mucha confusión en el mundo agropecuario zacatecano, hay cambios aún no asimilados, hay criterios oficiales que deberán revisarse, hay ineficiencias burocráticas y mucho por revisar, durante mucho tiempo hemos visto empalmar programas federales con estatales y municipales.

La organización de las colectividades es necesidad que una vez satisfecha permitirá la recuperación de nuestro potencial productivo, hasta ahora desperdiciado en aras de la clientela electoral.

Será para bien de todos

Nos vemos el lunes en Recreo.

[email protected] | @luismedinalizal




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