Una historia de abandono

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Cuando pensamos la actividad del crimen organizado en territorio zacatecano pensamos en narcotráfico, cobro de piso, tráfico de personas y secuestro principalmente y no advertimos la presencia del huachicol. Sin embargo, bien es sabido que antes de que se procediera contra esa modalidad delictiva en gran escala, la porción territorial atravesada por la carretera Zacatecas … Leer más

Cuando pensamos la actividad del crimen organizado en territorio zacatecano pensamos en narcotráfico, cobro de piso, tráfico de personas y secuestro principalmente y no advertimos la presencia del huachicol. Sin embargo, bien es sabido que antes de que se procediera contra esa modalidad delictiva en gran escala, la porción territorial atravesada por la carretera Zacatecas San Luis Potosí tuvo sitios de ordeña de ductos y la comercialización del combustible robado se conformó por particulares, unidades de transporte público y dependencias oficiales, como referencia de esa etapa, queda la trágica desaparición de una pareja de empleados de la Secretaría de Seguridad Pública a la que se le envió a pagar el surtido de combustible de patrullas con dinero en efectivo a Luis Moya y Loreto en momentos sin que se transparentará quiénes y porqué dieron una instrucción tan fuera de lógica.

La ordeña de ductos al parecer pasó a la historia cuando el gobierno de López Obrador tomó drásticas medidas en las que se incluyó la clausura de los ductos de casi imposible vigilancia, pero el huachicol continúa mediante el secuestro de carros tanque cuando transitan por prolongados tramos carreteros sin conectividad entre Concepción del Oro y Villa De Cos, Zacatecas y entre el municipio zacatecano de El Salvador y Matehuala, San Luis Potosí. Esta vertiente de la delincuencia organizada carece de cobertura mediática debido a que no genera víctimas fatales, pues una vez que desenganchan el tanque contenedor de combustible, los delincuentes toman el control del vehículo ya sin carro tanque y lo conducen por la trayectoria prevista para el GPS no los delate y como no hay asesinatos, tales historias no trascienden más que entre el personal involucrado, los empresarios transportistas afectados y las compañías aseguradoras.

El destino del combustible en territorio zacatecano es por conducto de gasolineras “apalabradas” que cuando les cae Profeco se oponen a los procedimientos de verificación para alcanzar a vaciar depósitos porque les resulta más conveniente pagar la multa que un proceso por delincuencia organizada, los delincuentes ofrecen depositar el combustible robado donde los compradores digan, hay comercialización hormiga y de grandes volúmenes, los clientes son del transporte público, corporativo o particular, de pasajeros y de carga, de diésel y gasolina. Los del gremio tienen que decidir entre el riesgo o la desventaja competitiva ante los que “se la juegan” para abaratar costos.

Vital para la economía

La economía zacatecana tiene en el transporte un potencial enorme hasta ahora no visualizado por los gobernantes, la ubicación geográfica ofrece ventajas que hasta ahora solo valoran las huestes del crimen organizado.

El Gobierno de David Monreal se equivocará si continúa con la equivocada política de sus antecesores en el cargo que mediante omisiones y acciones ha desaprovechado la potencialidad del transporte en la economía regional.

La administración de concesiones ha sido caótica, corrupta y sin planeación, favoreciendo intereses de influyentes sexenales y servicios en campañas electorales, los conflictos entre permisionarios, concesionarios, choferes y patrones han sido abordados como alteraciones episódicas, favoreciendo el deterioro permanente de una actividad que en otros rumbos del país con menos condiciones es pujante.

Los gobiernos anteriores han sido incapaces de poner su capacidad de gestión para que las empresas que se instalan en Zacatecas, siendo grandes usuarias de servicios de transportes, tengan como opción prioritaria la de los zacatecanos, favoreciendo la calidad del servicio de los nuestros auspiciando su acceso al crédito, estimulando la organización autónoma del gremio, sin manipulaciones facciosas ni ataduras partidistas.

Los taxis deteriorados, los camiones urbanos desvencijados con precariedad mecánica perceptible a simple vista, las unidades enmoheciéndose en corralones por falta de uso, contrastan con el panorama que ofrecen las combis, camiones de carga y pasajeros de otras entidades que acceden a un mercado de servicios que debiera ser principalmente de zacatecanos, de manera natural y sin cerrazón a la libre competencia.

En mi opinión, concebir el transporte como actividad económica con gran potencial de crecimiento, justifica crear la Secretaría de transporte o trasladar a la Secretaría de Economía, la dependencia responsable.

Mucho por remontar

El caos sembrado por la corrupción en el otorgamiento de concesiones y permisos debe llegar a su fin. El impulso al turismo requiere del servicio de transporte, lo mismo la circulación de mercancías, el acarreo de materiales de construcción, la movilidad de la fuerza laboral y de pasajeros.

La aparición de taxis “experimentales” portando mensajes de “RMA 2024” es un desatino mayúsculo que lleva la manipulación electoral a niveles enfermizos.

El transporte como actividad económica exige desenganchar al gremio de sujeciones caciquiles que en la medida que se perpetúan impiden que Zacatecas salga del hoyo, estos modos de hacer política nos anclan en la inmovilidad.

Ténganle piedad a Zacatecas.

Nos encontramos el lunes en Recreo

@luismedinalizalde | [email protected]




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