Sin visón de desarrollo

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Los diputados no debatieron sobre el puente vial elevado, solo expresaron posturas a favor o en contra sin exponer argumentos de fondo, el tema de la movilidad no les inquieta.

El puente vial elevado proyectado para iniciarse en el segundo semestre de este año en la ciudad de Zacatecas es un intento más por concretar inversión pública, el desenlace de este afán es incierto debido a las inercias de las que no nos hemos podido liberar, igual que en el primer intento con Amalia García. La discusión del tema no genera una política de movilidad acorde a los tiempos, lo mismo se puede decir respecto al “Plata bús”.

Los diputados no debatieron el tema, solo expresaron posturas a favor o en contra sin exponer argumentos de fondo, el tema de la movilidad no les inquieta.

La evolución de los centros urbanos está asociada a la urgente necesidad de frenar el cambio climático que hizo del año 2023 el más caluroso de toda la historia, la movilidad futura desalienta el uso del automóvil particular y prioriza el transporte colectivo y la sustitución gradual de los automotores de combustión interna por los eléctricos ¿Los zacatecanos estamos exentos de esas preocupaciones?

La tendencia modernizante más apreciada es hacia la electro-movilidad. La Ciudad de México presenta el más sólido avance de todas las conurbaciones de América Latina, ciudades como Guadalajara y Monterrey han concretado formas de transporte colectivo en la misma dirección.

El proyecto del segundo piso es una apuesta por el automóvil que habrá que explicar en sus términos, ¿Es lo que tenemos al alcance de nuestra economía? ¿Hay exploración de alternativas? La ventilación de los proyectos de gran envergadura permite vencer resistencias, aclarar dudas y mete a todos en la imaginación del futuro.

Si queremos abordar el tema con honestidad intelectual lo primero que debemos demandar es información, estar en contra por razones electorales es una perversión que nos paraliza, las inversiones públicas frenadas en Zacatecas en el pasado reciente ponen del mismo lado a los que contaminaron con ineficiencia, negligencia y corrupción cada obra emprendida malograda con los que las combatieron inspirados en cálculos partidistas.

La inversión pública es detonante de desarrollo insustituible, sabotearla por mezquindades electorales es algo a lo que no tenemos derecho, pero eso no significa que debemos aceptar sin discusión responsable las decisiones que tanto nos atañen.

Abrir las mentes

Hasta principio de los años cuarenta del siglo pasado las ciudades de Guadalupe y Zacatecas estuvieron unidas por un tranvía que recorría también lo que hoy es la avenida Hidalgo ¿Es fantasioso imaginar que un moderno tren eléctrico atienda al más importante flujo de pasajeros que existe hoy en día en nuestro estado?

A lo mejor es inviable, pero ¿cómo saberlo si no se propicia la reflexión colectiva de sus implicaciones técnicas, económicas y sociales? El anunciado retorno de los trenes de pasajeros ofrece a Zacatecas la recuperación de la conectividad por rieles entre las ciudades que el diseño original previó en el cual figura la ruta Guadalupe Zacatecas ¿Tenemos estrategas de la movilidad que lo estén contemplando?

El Cablebús es una modalidad de transporte que en Zacatecas introdujo el gobierno del general Pámanes Escobedo a partir del empuje de José Bonilla Robles, director de turismo, pero desde entonces se ha quedado circunscrita al traslado de turistas de una mirada panorámica de la ciudad ¿Habrá condiciones para esa modalidad que tantos beneficios ofrece a la Ciudad de México?

No son las únicas opciones no contaminantes, los concesionarios pudieran remplazar sus unidades por las que ya no consumen gasolina ni diésel sino energías limpias, pero para eso antes hay que invertir en infraestructura de recarga estratégicamente distribuida.

Complicada legitimación

La democracia impone el deber de legitimar cada obra pública, lo que implica socializar la información para cerrarle el paso a los infaltables manipuladores que capitalizan la desinformación, tal como se ha venido haciendo en la obra federal para contrarrestar las campañas en medios y en tribunales patrocinadas por un reducido número de adinerados cuyo principal vocero es Claudio X.

Tan censurable es que el gobierno no socialice la información para la legitimación del proyecto, como el infantilismo opositor que sin conocer el proyecto lo condenan.

Un elemento a considerar es la baja competitividad de la industria de la construcción de nuestra entidad más por razones económicas que por aptitudes técnicas, lo que explica la ausencia de constructoras locales en la licitación correspondiente, ¿cuál es la razón?

Hay muchas historias de maridaje entre constructores y políticos pendientes de ventilar. El modelo electoral basado en el dinero compra votos a cambio de contratos ha devastado al sector.

La fiscalización local es mar de complicidades, los órganos responsables de vigilar el honesto uso de recursos públicos son caros adornos y para colmo, el uso electorero del tema del segundo piso será arma de la oposición sin proyecto.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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