Con Claudia habrá más democracia

Es hora de preguntarnos si con la arrolladora victoria de Claudia Sheinbaum que se vislumbra en el horizonte se fortalece la democracia o triunfa la dictadura según afirman la extrema derecha mexicana.

Los convencidos de la democracia podemos estar seguros de que, por fin, la democracia deja de ser simple retórica para materializarse como forma de vida, tal como lo plasmaron los constituyentes de 1917 en el artículo tercero constitucional. En esa consolidación Claudia juega un papel acelerador que merece atención.

Claudia nace como abanderada de la Cuarta transformación plenamente legitimada por un procedimiento de encuestas impecablemente ejecutado, lo que además de conjurar desbandadas de inconformes al interior, logró el reconocimiento ciudadano en un país dónde las imposiciones son fuente constante de descrédito de candidatos, partidos y de la política profesional en general.

Xóchitl Gálvez, para su desventura, dio testimonio de lo contrario.

Claudia forma a su alrededor un equipo de alto perfil técnico y profesional que la abastecen de diagnósticos puntuales y propuestas alternativas mientras que sus rivales no son capaces de construir una idea-fuerza que los distinga.

El batallón de debatientes en los medios de comunicación son de capacidad argumentativa tal, que rápidamente conquistaron acceso a los públicos de los medios tradicionales de línea editorial hostil al proyecto de la Cuarta transformación.

Con el equipo generador de propuestas y organizador de foros y con su batallón de debatientes Claudia hizo añicos la versión de que la Cuarta Transformación no tiene respaldo de clases medias.

Las comparecencias de Claudia ante núcleos del sector privado en distintos puntos del país se han caracterizado por la claridad expositiva de planes futuros que le permitieron muy rápidamente persuadir a los grandes fondos de inversión de su aptitud para conducir a México por la senda de la prosperidad compartida, reduciendo a una condición minoritaria las posturas encarnadas por Claudio X.

Tal como lo registran los medios de comunicación, Claudia hace el triple de actos de campaña que su adversaria principal, como si fuera en tercer lugar y no tuviera la enorme ventaja que registran las encuestas serias.

Triunfará el juego limpio

¿Quién con honestidad puede negar que la candidata Claudia es demócrata no solo como gobernante sino también como candidata? ¿De dónde sacan la peregrina idea de que nos encaminamos a una dictadura? De los falsos demócratas que gobernaron en el pasado.

Ella forma parte del proyecto más democratizador que ha gobernado nuestro país a partir de 2018, el que ha hecho realidad que todos digan lo que quieran por el medio que quieran en el tono que quieran sin riesgo de represalias del poder público ¿Se puede negar eso con un mínimo de honestidad?

Las grandes cadenas radiofónicas y televisivas y los grandes medios impresos, inmersos en campaña permanente contra todo lo que huela a López Obrador son reforzados por los medios locales que logran colonizar y que se convierten en automáticos repetidores del mismo mensaje contra la Cuarta transformación, aunque carezcan del poder empresarial de los grandes consorcios mediáticos, pero ni el más modesto medio electrónico o escrito de este país ha sufrido alguna de las presiones características del viejo régimen.

Si pierden audiencias es porque no han sabido ganar credibilidad ¿Quién les manda pensar que a la gente se le puede mentir eternamente? Mentían cuando el poder necesitó que mintieran y mienten cuando el poder les da la libertad de decidir libremente la línea editorial.

Cuando los medios dicen falsedades que lesionan el interés general es deber del gobernante decirle a la gente lo que realmente sucede, que los que no tienen respeto por la verdad recojan lo que siembran sin menoscabo de su libertad para seguir desacreditándose.

Optimismo

Sostengo que la victoria de Claudia Sheinbaum consolida la democracia porque encarna un proyecto que no contesta con guerra sucia la guerra sucia de los que tiran su dinero a la basura con los hashtag #Narcopresidente #narcocandidata, sería tan fácil para quien gobierna darles la misma medicina pero eso equivaldría a ser iguales a los falsos demócratas que insisten en regresar el reloj ¿Ya se dieron cuenta del enésimo tiro que les sale por la culata?

Antes ningún juez se atrevió a boicotear la distribución de libros de texto gratuito y obligatorio, nunca desde los órganos electorales habían censurado palabras presidenciales vertidas en la mañanera o en las páginas de un libro, nunca la SCJN, con sus resoluciones, se pondría de parte de un bloque opositor para servir sus propios intereses y nunca habían sido los jueces tan criticados por el poder y al mismo tiempo tan obedecidos ¿No es eso democracia?

Afirmar que si gana Claudia vamos a la dictadura, falsedad de derecha sin brújula.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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