Reelección y resistencia pasiva

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Estoy seguro que la inmensa mayoría de los mexicanos está en contra del retorno de la reelección a cargos legislativos y ayuntamientos.

Claudia Sheinbaum le puso el cascabel al gato al anunciar una iniciativa para cancelar reelecciones cuya entrada en vigor sería el 2030.

Es de vaticinarse el silencio de todo el espectro partidista respecto a esta sobresaliente propuesta dentro de sus cien puntos programáticos expuestos en al acto de inicio de campaña en pos de la presidencia de la república.

Estoy seguro que la inmensa mayoría de los mexicanos está en contra del retorno de la reelección a cargos legislativos y ayuntamientos, así se pudo apreciar desde que se hicieron las regresiones constitucionales.

Los sentimientos contrarios a la reelección serían razón suficiente para convertirlos en bandera electoral de todos, aún de los que en el fondo están en contra, como con el compromiso con los programas sociales de López Obrador que suscribió con sangre Xóchitl Gálvez, pero se ve venir la resistencia pasiva como la que en función de sus intereses, emprenden sectores y actores que no quieren aparecer confrontados con una idea de gran aceptación popular.

Así le ha pasado a López Obrador con dos propuestas con mucho respaldo popular, la de eliminar todos los fueros y la de reducción drástica del dinero destinado a los partidos políticos, la oposición silenciosa las ha pospuesto.

La clase política incuba intereses diferenciados de los intereses generales, pero como el político siempre busca presentarse como reflejo del sentir general nunca enfatiza su conveniencia gremial específica, compartida con los que cultivan el mismo oficio.

El fuero sobrevive porque buena parte de los políticos se sienten a la intemperie sin el mismo, las cuantiosas prerrogativas son esenciales para los que controlan a los institutos políticos, por eso, el presidente López Obrador se topó con la resistencia pasiva de sus propios compañeros que nunca contradijeron en público las propuestas y algunos hasta las defendieron de boca para afuera pero finalmente nada hicieron para sacarlas adelante.

La utilidad de hacer pública la intención de eliminar la reelección sirve, por lo pronto, para afianzar la idea en la mentalidad colectiva, tal como a nivel popular está instalado el rechazo al fuero y al despilfarro de recursos públicos en partidos.

La reelección no mejora la política

La reelección en nuestro país ha servido para lo contrario de lo que decían sus promoventes en el sentido de que mejoraría la calidad del desempeño, debido a que no es la voluntad democrática de los militantes la que postula candidatos sino los grupos apoderados del control, por eso, no es el buen desempeño del legislador el que lo hace candidato, vea el caso de la improductiva Lily Téllez premiada con una reelección que no alcanzó el mejor legislador del PAN Damián Zepeda, casos de éstos hay muchos por todo el territorio nacional y en todos los partidos.

La reelección de presidentes municipales multiplicó la ya de por sí desbordada corrupción, el uso de los recursos públicos se pervierte, se aceitan las redes clientelares, se dan puestos de trabajo para tejer alianzas y nutrir el activismo, se invierte en redes y medios de comunicación para mantener viva la presencia del pretenso a la reelección y los municipios no tienen presidente municipal de tiempo completo debido a que tiene que dedicarle mucho tiempo y dinero a granjearse la voluntad del grupo que en su partido controla las candidaturas.

Hay opiniones en el sentido de que tres años son muy pocos para una buena gestión municipal, pero la solución no es la reelección, es la ampliación del período a, digamos cinco años, junto con la revocación de mandato por si sale malito el que nos tocó, recordemos que en Coahuila se amplió el período constitucional de los ayuntamientos y mal no les ha ido.

Que se definan

Es el momento de demandar que los que buscan el voto asuman compromisos en torno a cada propuesta relevante, que se tomen el trabajo de mantenerse informados sobre las propuestas de su propio partido y las de sus adversarios, que no incurran en el error de opinar de lo que no conocen como muchos lo hacen respecto a una propuesta de reforma judicial que no se han tomado el trabajo de leer.

La resistencia pasiva es, por lo general, estrategia de intereses creados subyacentes, el movimiento de la Cuarta Transformación ha salido adelante a pesar de que muchos de los que han ocupado cargos públicos en su nombre han sucumbido al atractivo del interés personal por encima del interés colectivo, no se trata de los que descarnadamente fingieron coincidir para treparse sino los que se quedan pero aquello que no embona en sus expectativas individuales no les inspira ningún esfuerzo, ningún compromiso de verdad.

Independientemente de preferencias, algo que todos debemos demandar es la definición puntual.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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