¿Por qué Claudia?

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Gobernar la Ciudad de México es un gran entrenamiento para gobernar al país.

En la víspera de la visita de Claudia Sheinbaum a Zacatecas juzgo oportuno exponer las razones por las cuales desde un inicio me adhiero a su causa. La democracia se construye con sinceridad, las opresiones con simulación.

Convencido de que la corrupción de élite tiene muchas agarraderas en el sistema de justicia, en una porción de la clase política y en los más poderosos medios de comunicación, admiro la firmeza serena con la que Claudia emprende la batida contra la delincuencia de cuello blanco asentada en la demarcación Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, asiento de la gente más rica de nuestro país. Mientras que muchos gobernantes optan por hacerse los desentendidos, ella respalda la actuación de la fiscalía que mantiene en prisión a decenas de otrora intocables.

Gobernar la Ciudad de México es un gran entrenamiento para gobernar al país. Claudia ha enfrentados los complejos retos y ha sabido ejercer el mando con lealtad al proyecto de nación que abandera desde el principio pero sin asumirse como reflejo automático del gobierno federal o del presidente López Obrador, su gobierno, sin enfrentar la visión difundida en las mañaneras por López Gatell, obedeció convicciones propias en la emergencia del COVID 19, cuando dispuso el uso de cubre bocas en momentos en que la OMS y por ende el gobierno de México, lo desaconsejaban.

Su política de seguridad ha sido tan exitosa que el titular del ramo sería invencible si se postulara a jefe de gobierno de la Ciudad. La atención a las causas ha sido complementada con la creación de una fuerza policial reconocida como la mejor de América Latina.

El ejercicio de los derechos de la ciudadanía ha sido tan pleno, que las fuerzas conservadoras han celebrado sus más grandes marchas (El INE no se toca) en forma absolutamente pacífica y el movimiento lésbico gay ha podido hacer lo mismo. La ciudad de México se ha convertido en referencia democrática muy por encima de las capitales europeas.

Hay algo que me atrae en cualquier persona que hace política, su interés en los que padecen injusticia y que Claudia posee. Desde muy joven se involucra en la defensa de causas sociales y entra en contacto con el universo indígena (Cherán, Michoacán). Su sentido de la justicia social no es discurso de político en campaña, prueba de ello es la cobertura de los programas sociales en las zonas empobrecidas del territorio que gobernó hasta hace unas cuantas semanas, si queremos que no se de reversa en la política de erradicación de la pobreza y desigualdad, Claudia es la indicada puesto que toda su vida ha sido portadora de la sensibilidad humana que se necesita para gobernar con justicia.

Intelectualidad cercana al pueblo

El perfil de la intelectualidad con más presencia mediática se forjó durante el auge ideológico del neoliberalismo. Intelectualidad exitosamente cooptada por Salinas de Gortari para diseminar la narrativa inherente a los intereses de las élites emergente.

Claudia significa el retorno al primer plano de la otra intelectualidad, la forjada con sentido social en las universidades públicas.

La Cuarta transformación no es concebible sin el pueblo como sujeto de la historia, al mismo tiempo motor y respaldo de las acciones transformadoras, pero los pueblos solo apoyan al proyecto que les convence y el que encarna López Obrador es rechazado por los dueños de los grandes medios de comunicación ¿Cómo se ha neutralizado el engaño mediático? con los intelectuales más cercanos a los pueblos, los maestros, con los profesionistas con conciencia social, con los periodistas con compromiso social  y con la academia más próxima a la gente que a las grandes empresas.

Claudia Sheinbaum recibe desde ahora la entusiasta adhesión de académicos e intelectuales de reconocida calidad que se disponen a hacer lo que mejor saben: Desentrañar la realidad para mostrarla no a las élites del conocimiento sino a la gente.  Con Claudia, emergerá la mejor versión de la academia, la investigación científica, la comunidad artística y la intelectualidad que no sucumbieron al individualismo contrario al humanismo.

Victoria alcanzable

La fortaleza de Morena y aliados es contar con un proyecto de nación en nombre del cual convocar a la ciudadanía, el del salinismo se impuso desde las alturas y perduró mientras no fue evidente la desigualdad e injusticias que produjo.

Los opositores perdieron el 24 cuando no fueron capaces de elaborar un proyecto de nación diferente al derrotado en las urnas en 2018.

Las reformas constitucionales que no se han podido concretar son una urgencia histórica que será atendida si los votantes respaldan el proyecto otorgándole mayoría calificada en las cámaras legislativas.

La coyuntura es sumamente favorable para derrotar en definitiva al viejo régimen, votando a los mejores.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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