Poder programado para no poder

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Coincide la publicación de estas líneas con el último día de la 63 legislatura local cuya aportación más importante es la claridad con la que transparentó, aunque no deliberadamente, la urgencia de terapia intensiva al poder legislativo, para que los zacatecanos no sigamos en el grave atraso institucional de solo trasladar mecánicamente lo que la … Leer más

Coincide la publicación de estas líneas con el último día de la 63 legislatura local cuya aportación más importante es la claridad con la que transparentó, aunque no deliberadamente, la urgencia de terapia intensiva al poder legislativo, para que los zacatecanos no sigamos en el grave atraso institucional de solo trasladar mecánicamente lo que la federación impulsa. La legislatura agónica se desempeñó sin agenda acordada, no cumplió el mandato de vigilar el desempeño de otros poderes, ni siquiera cumplió su obligación con fecha precisa, de nombrar órgano de control interno, quizá para no perturbar la opacidad en la que prefirieron desenvolverse.

El contexto de la debilidad extrema del poder legislativo hoy es determinado por el cambio de régimen en curso, cambio que inexorablemente incluye a los tres niveles de gobierno y a los tres poderes constitucionales, lo que permite anticipar que, de continuar la inercia, Zacatecas seguirá aún más lejos de lo que ya está de la ´parte del México puesto al día.

El cambio de régimen es una constante, los mexicanos lo hemos hecho varias veces, por lo general con violencia. Hoy el Presidente gestiona un cambio más, por la vía pacífica que es más lenta pero más humana. No será el último, pero si el primero en el cual el Poder Público se inserte subordinado a la voluntad popular con la incorporación de la democracia directa al modelo político que se construye.

Son tiempos de visionarios conectados a fuerzas sociales y no de devora libros aislados del pulso social, del que estudia los problemas leyendo, sí, pero escuchando también a los que viven los problemas cuya experiencia es tan esclarecedora
En al plano nacional, el Poder legislativo es, de los tres, el que menos ha emprendido su propia transformación, aprueba cambios para todas las instituciones, pero no se ve en el espejo para ver sus arrugas. El congreso federal sigue dominado por las prácticas de siempre, es, por decirlo suavemente, institucional farol de la calle y oscuridad de su casa y lo seguirán siendo mientras la ciudadanía informada y movilizada no impulse el cambio.

Planeado como comparsa

El diseño del poder legislativo del viejo régimen, corrió a cargo de un poder ejecutivo con vocación de imponerse, convirtió al Legislativo en oficialía de partes, en legitimador de decisiones, en florero caro, mientras, el gran legislador fue el propio ejecutivo. El reparto de atribuciones según el esquema de Montesquieu, generó una narrativa grandilocuente fachada de un poder sin poder.

El desinfle programado del poder legislativo empieza por la impunidad para el incumplimiento individual y colegiado, se puede faltar a las sesiones, no convocar la cuota reglamentaria de comisiones, congelar productos legislativos turnados para dictaminarse en plazos preestablecidos, dedicarse al turismo político con cargo al erario, usar el tiempo en asuntos ajenos y solo simulando dedicación a la función.

De entrada, se asegura la baja productividad con la planeación de sesiones plenarias reducidas a dos días de la semana, dos períodos ordinarios de cuatro meses cada uno con dos de receso durante los cuales una comisión “de guardia” debe sesionar una vez a la semana.

Si lo anterior no es suficiente, hacer del legislador “gestor” lo aparta del estudio, debate y cabildeo de lo sustantivo de su que-hacer, concretándose a votar sin comprender por lo que su coordinador indica, al fin y al cabo, con cargo al presupuesto se le asigna personal para que le haga lucir como autor de iniciativas de ley que le maquilan a pedido.

A lo anterior se suma el hecho de que los partidos políticos candidatean sin elementales filtros morales, valga de ejemplo la detención de la veracruzana Azucena Rodríguez al día siguiente que deja de ser diputada federal, bajo el cargo de mandar matar a su marido o el expediente abierto en contra del que debió rendir protesta como diputado federal por el distrito de Irapuato, Guanajuato y que no pudo hacerlo debido a la denuncia por presunta violación cometida en la celebración de su victoria electoral.

¿Ya tocamos fondo?

El poco aprecio ciudadano por la función legislativa favorece el desequilibrio entre poderes, el registro mediático de la improductividad, la impreparación de muchos y el derroche y desviación de recursos del Poder Legislativo hacen urgente que ambas cámaras del congreso federal y las legislaturas locales sean objeto de cirugía mayor para que funjan como poder que puede.

La Legislatura local que hoy concluye, pasará a la historia como una de las más regresivas, funcionó como poder de mentiritas, concluyó haciendo un papelón mayúsculo que desató musculosa protesta sindical opuesta a reformar la ley de Issstezac por las pistolas del ejecutivo (más entrante que saliente).

¿Se vislumbran cambios? No perdamos la esperanza.

Nos encontramos el jueves en Recreo.

[email protected] | @luismedinalizalde




Más noticias


Contenido Patrocinado