Periodismo de hígado

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El silencio habla por un amplio espectro de actores políticos y de comunicadores profesionales de perfil opositor que no se sumaron a la creación del escenario magnicida.

Peña Nieto fue construido por los medios de comunicación con planeación y mucho dinero, hoy no se ve como desde el periodismo puedan repetir la hazaña, los mexicanos aprendimos a tomar las cosas de quién vienen.

La campaña para inflar a Xóchitl Gálvez ha funcionado solo al interior del frente opositor ,los demás aspirantes han sido borrados de los medios casi tanto como Lily Téllez, pero fuera de las filas de los liderados por Claudio X no ha impactado en lo más mínimo, así lo demuestran las encuestas ordenadas por “El Universal” y el diario español el País en sociedad con W radio, en dónde cualquiera de los aspirantes del movimiento de la “Cuarta transformación” le ganaría a la senadora con cómoda ventaja, coincidiendo ambas encuestadoras en que Claudia Sheinbaum le saca hoy ´por hoy más de 30 puntos de ventaja.

Los desinfles padecidos por Xóchitl provienen de los suyos, empezando por los familiares que la desmintieron respecto a su cuna humilde, mostrando la casa de cantera dónde ella creció y llevando a comunicadores a la escuela a dos cuadras de su casa donde estudió la secundaria, negando enfáticamente que alguna vez vendiera gelatinas para sobrevivir, a eso se suma la inevitable difusión en sus circunstancias de que una hermana suya lleva 12 años en prisión acusada de pertenecer a una banda de secuestradores.

Nadie le había hecho tanto daño a la senadora Gálvez como el que le ocasionó Vicente Fox con su estridente rechazo a las pensiones para los “huevones” con excepción de la que recibía como expresidente hasta que asumió la presidencia López Obrador, para colmo de males, Fox renvía un twitter de un racismo subido contra Claudia que cayó como bomba a las huestes de Claudio X, sabedores del peso en el mundo empresarial de la comunidad judía.

Ella misma incurre en un dislate gigante cuando manifiesta que paga 130 mil pesos mensuales por su seguro médico y sugiere que los empleados paguen por el mismo hasta 70 mil pesos si lo compran entre unos 300 mil.

Cambio de señales

Advertidos de la realidad, sus porristas pasaron de regocijarse por cada mención a Xóchitl en las mañaneras por la promoción gratuita, a esparcir perversamente la posibilidad de un magnicidio.

Beatriz Pagés dio el banderazo, al mismo se sumaron López Dóriga, Raymundo Riva palacio, Guadalupe Loaeza y de manera sibilina, Aguilar Camín, que optó por la muerte simbólica del desafuero. Entre los actores políticos opositores, solo Marko Cortés.

El silencio habla por un amplio espectro de actores políticos y de comunicadores profesionales de perfil opositor que no se sumaron a la creación del escenario magnicida, ni siquiera los aspirantes del frente amplio hicieron gran eco.

Lo interpreto como signo de maduración general en materia cívica, como indicador de que no hay vocación para traspasar las fronteras de la política para adentrarnos en el aventurerismo violento en aras de la facción.

De Beatriz Pagés no me sorprende, su periodismo es infinitamente inferior al de su señor padre cuya visión editorial convirtió a “Siempre” en revista prohibida por el sector más atrasado del clero conservador, de Raymundo Riva palacio lo entiendo, estuvo en la cima salinista, de quién si me extraña es de López Dóriga, experimentado, con oficio, experto en interactuar con los poderosos en turno con su aire de autosuficiencia característico.

Los que promueven la idea de magnicidio para inflar a Xóchitl Gálvez se desinflan muy pronto.

El colapso de la credibilidad de la élite mediática salta a la vista, quedó atrás la era de las permanencias prolongadas en las tribunas periodísticas impresas y electrónicas, las empresas prescinden de los que se vuelven incosteables por no lograr ser creíbles, en ese trance se debate la generación del desconcierto a la que pertenecen los practicantes del periodismo cuyo eje alimentador es el erario en vez del público

Fracaso de los iracundos

Es fácilmente identificable un núcleo de comunicadores derrotados por sus emociones.

Transpiran odio por López Obrador, por ende, fracasan cuando sin querer alertan a sus oyentes o lectores sobre lo poco confiables que son sus juicios.

Solo el coraje incontrolado explica el ridículo de los que esta semana reportaron el fantasioso robo de un avión del AICM, o de bloqueos en carreteras veracruzanas que jamás se produjeron, solo el odio llevó a Pedro FerrÍz al papelón de describir sesiones de magia negra en las noches de Palacio Nacional.

Peña Nieto fue inflado hasta hacerlo presidente mediante un articulado plan de medios de comunicación planeado y ejecutado con mucho dinero de por medio, hoy hay rabia en vez de cabeza fría.

Sin credibilidad son irrelevantes hacedores de ruido.

Sus lectores, radio escuchas y televidentes evolucionaron y los rebasaron.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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