Órganos a debate

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

El Presidente López Obrador somete a debate el papel de los órganos de estado dotados de autonomía respecto a los tres poderes, la objeción presidencial a los mismos más importantes son el alto costo y el incumplimiento de la función de estado encomendada y en el caso de algunas, su sometimiento a intereses creados. Las … Leer más

El Presidente López Obrador somete a debate el papel de los órganos de estado dotados de autonomía respecto a los tres poderes, la objeción presidencial a los mismos más importantes son el alto costo y el incumplimiento de la función de estado encomendada y en el caso de algunas, su sometimiento a intereses creados. Las voces en contrario salen en su defensa bajo el argumento de que su desaparición implica concentrar más poder en el Presidente.

López Obrador ha impulsado la reforma del estado sin recurrir a la legitimación de académicos e intelectuales como lo hizo con mucha espectacularidad Carlos Salinas De Gortari, quien brindó reflectores a quienes se dieron el gusto de opinar y ser notados aunque Salinas impusiera la idea de reforma del estado preconcebida por su grupo.

López Obrador recupera el constitucionalismo del bienestar social, reforma el derecho laboral, cambia la política recaudatoria y restaura la política exterior histórica sin recurrir a la legitimación de los ilustrados, sustrayendo la agenda nacional del monopolio de una élite para llevarla a la plaza pública de los simples mortales, un paso que por sí mismo tiene gran significado democrático.

No podemos poner en el mismo saco a todos los órganos autónomos, la autonomía de la función de estado responsable de perseguir los delitos tardó mucho en adoptarse y en el futuro deberá preservarse y actualizarse, jamás suprimirse, pienso los mismo del Banco de México y del INEGI, pero comparto con el Presidente que otros órganos constitucionales autónomos no han cumplido con la función de estado encomendada y su sostenimiento es excesivamente oneroso para el estado.

El INE, bastión de insultantes privilegios de sus altos mandos, fue creado para ciudadanizar el arbitraje electoral pero su sometimiento a intereses contrarios a la democracia se documenta con fraudes impunes como el “Pemexgate”, tarjetas Monex, sobornos de Odebrecht, su existencia dio continuidad a la conversión de estructuras gubernamentales en estructuras electorales en cada ocasión el INE actual requiere de reformarse a fondo.

Los sufridos contribuyentes mexicanos padecemos la “maldición 33” por la tendencia a reproducir en cada entidad federativa una instancia burocrática federal equivalente ¿Qué justifica la carga de tener órganos electorales en cada estado de la República cuando el INE puede cumplir la encomienda local mediante delegaciones que nos eviten el despilfarro de las duplicidades? Lo mismo podemos razonar respecto a la Comisión de Derechos Humanos e Instituto de Acceso a la Información Pública.

Corrompidas aduanas legislativas

No coincido totalmente con el diagnóstico del Presidente, aunque si respaldo la revisión de uno por uno de cada órgano autónomo. El Presidente omite en su visión la “corrupción aduanal” del poder legislativo.

La negociación oscura impone cuotas partidistas de cargos directivos y plazas laborales en los órganos de estados federales y estatales, dónde además del sometimiento “debidamente compensado” al gobernante en turno, un legislador en condiciones de “venderse” consigue plaza bien remunerada a su compañera sentimental aunque llegue a aprender.

Las “aduanas parlamentarias” inciden en que los órganos autónomos no cumplan óptimamente con su función.

La configuración de los estados no es para siempre, se modifica incesantemente mediante evoluciones y revoluciones.

En estos momentos varios estados de América Latina y de otras partes del mundo se reconfiguran en función de situaciones nacionales, México bautiza ese ciclo como la “#Cuarta Transformación” en sentido distinto y en no pocas áreas opuesto a la configuración del Estado Mexicano neo-liberal que a López Portillo lo llevó a considerarse el “último Presidente de la Revolución Mexicana”.

Pues bien, las sucesivas configuraciones del estado Mexicano han dejado inconclusa la tarea de actualizar en sentido democrático la integración de los tres poderes constitucionales al dejar margen para que las aduanas legislativas tramiten los compromisos políticos para hacer magistrados del Poder Judicial en los estados y Ministros de la Suprema Corte, que se suma al tradicional palomeo de diputados y senadores desde el poder, en ese contexto, los órganos de estado formalmente autónomos son lo que son.

La corrupción, enemigo a vencer

El estado que emerge de la Independencia, el creado por los liberales del Siglo XIX y el que emergió de la Revolución luego “rasurado” por el Salinismo, son resultado de fuerzas sociales en pugna violenta y pacífica, en las tres ocasiones a impunidad de la corrupción desvirtuó la vida pública, por eso la clave  del que se prefigura con la #Cuarta transformación es la honestidad como política de estado no sometida a medias tintas,

Los partidos políticos debieran ser instrumentos contra la corrupción pero, como los órganos autónomos, no cumplen con su función de estado y son una carga enorme para los contribuyentes La lucha que viene será intensa y hay que darla, los mexicanos lo requerimos.

Nos encontramos el lunes en el Recreo




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