Noticias falsas y ligereza opinativa

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Aún sin que concluya la pandemia de coronavirus, Italia y España se han convertido en ejemplo de lo que no hay qué hacer, los ciudadanos de ambos países cuyas actividades quedaron suspendidas para que se guardaran en casa decidieron saturar las playas y centros de recreo como lo hacen en temporadas vacacionales:  el efecto de … Leer más

Aún sin que concluya la pandemia de coronavirus, Italia y España se han convertido en ejemplo de lo que no hay qué hacer, los ciudadanos de ambos países cuyas actividades quedaron suspendidas para que se guardaran en casa decidieron saturar las playas y centros de recreo como lo hacen en temporadas vacacionales:  el efecto de la indisciplina colectiva obligó a ambos gobiernos a pasar del llamado voluntario a la imposición de castigos mediante elevadas multas o prisión a quienes desacataran la orden de cuidarse y cuidar a los demás. En la emergencia mundial que se encamina a fase ascendente para algunos y declinantes para otros, Italia y España pierden cada 24 horas más vidas por ese motivo que los que México contabiliza desde que inició la epidemia ¿quiénes indujeron a españoles e italianos a desoír a sus autoridades sanitarias?:  políticos  y  periodistas irresponsables con peso en la opinión pública.

En México, la semana pasada conocimos hechos que reflejan el pudibundo estado de descomposición política.  El Diario de Chihuahua y El Diario de Ciudad Juárez publicaron una falsa noticia siembra-pánico reforzada con fotos de cadáveres, supuestamente de mexicanos, que se demostró fehacientemente que correspondían a la tragedia de Guayaquil, Ecuador.

El otro hecho lo protagonizó Javier Alatorre, titular de noticias de Televisión Azteca, que se lanzó con todo llamando abiertamente a no creer en López Gatell, vocero de la estrategia contra la pandemia del Consejo General de Salud, que ha cumplido una brillante labor comunicativa gracias a la que en México, la mayoría no ha incurrido en el craso error de españoles e italianos.

Ambos hechos desprestigian más de lo que ya están a los medios tradicionales, los periódicos de Chihuahua buscan aterrorizar a la población reforzando la duda sobre la información oficial a la que contribuyen muchos con testimonios sin contexto, Televisión Azteca refleja el rechazo del dueño a la suspensión de actividades minimizando  el riesgo.

Ambas posturas promueven la catástrofe, la que exagera la realidad para provocar pánico es  causante de agresiones al personal de Salud y la que minimiza los riesgos da cuerda a los que insisten en vacacionar.

Cuando todo pase habrá distintas versiones y el escepticismo respecto al número de fallecidos se instalará en la conversación pública, si todavía hay firmemente convencidos que Pedro Infante no murió en el accidente aéreo, ni que el hombre pisó la luna, no podemos pretender que la versión oficial del coronavirus sea creída por todos, pero en emergencia la información agrava el problema o favorece la solución.

Mucho ayuda el que no estorba

Son momentos en que el contexto determina el sentido del mensaje.  El desahogo de antipatías políticas es el peor modo de convocar a la respuesta colaborativa, coordinada y eficaz que la situación exige, los políticos y comunicadores que no lo entendieron a tiempo en Europa lo pueden confirmar.

Como nunca antes en la historia de la humanidad,  los jefes de Estado conducen a sus pueblos entre el imperativo de salvar vidas y proteger la economía lo más posible, cada paso debe ser calculado milimétricamente para no ir al desbarrancadero, la respuesta planificada desde el Poder Público de cada país depende del apoyo social que reciba, de nada sirve una brillante estrategia si el acatamiento a la misma es saboteado por la ignorancia o perversidad, por eso la situación reclama de los informadores una gran dimensión ética,  una importante lista  de medios de comunicación en México no ha estado a la altura. Por eso las conferencias de prensa del doctor Hugo López Gatell cubren el hueco dejado por noticias falsas y ligereza  opinativa.

La opinión válida en términos éticos jamás permite mentir sobre hechos, como periodista puedo ser contrario a la legalización de la marihuana. pero cuando informo de una manifestación multitudinaria no tengo derecho a mentirle al público diciendo que son pocos los manifestantes, si un periodista no puede informar verazmente sobre un hecho que contradice sus posturas actúa como médico, incapaz de atender en un quirófano al del partido que aborrece.

A quedarse en casa

El llamado provocador de Televisión Azteca reforzará la distancia social con los medios tradicionales de ese perfil, pero también debe reforzar el aprecio por el periodismo ético y de calidad que también existe y que requiere de respeto estricto a los derechos laborales, a su libertad de sindicalización, a su colegiación para la permanente actualización.

Mientras noticias falsas y ligerezas opinativas siembren miedo e irresponsabilidad en la emergencia, las conferencias de Hugo López Gatell, son la indispensable y muy valiosa herramienta comunicacional para la crisis que hace la diferencia con España e Italia.

Es momento de acatar, ya luego hacemos cuentas.

Nos leemos el jueves en El Recreo

[email protected] | @luismedinalizal




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