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El recreo

¡Muera el fuero!

¡Muera el fuero!

José Luis Medina Lizalde.

El fuero puede posponer o evitar en definitiva la labor de jueces, pero no hay fuero contra el otro tribunal más temible que el judicial porque ante él de poco sirven los caros abogados.

J. Luis Medina Lizalde
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27 de marzo 2025

Si la Ciudad de México suprimió en su constitución todos los fueros locales y no vive los inconvenientes que pronostican los partidarios de su permanencia ¿No es momento de hacer lo mismo en todo el país? El caso de Cuauhtémoc Blanco confirma la pertinencia de su eliminación

Según la comisión instructora que conoció del expediente, la acusación fue endeble y por lo tanto le propuso el pleno votar en contra de la solicitud del ministerio público del estado de Morelos que se propone judicializar la acusación por delitos sexuales en perjuicio de una media hermana del ex gobernador actualmente diputado federal, el pleno de la cámara le dio la razón a la sección instructora con 291 votos contra 158 y 12 abstenciones.

La resolución no es veredicto de inocencia, y de haber sido en sentido contrario no sería de culpabilidad, se reconoce que esa determinación no esta más que al alcance del poder judicial mediante el juicio correspondiente con todas sus fases procesales.

¿Alguien puede asegurar la buena fe del ministerio público que integró la carpeta de investigación bajo la batuta del feroz enemigo de Cuauhtémoc Blanco llamado Uriel Carmona, fiscal de Morelos cuando se gestó el expediente?

El otro tribunal que ya lo sentenció como culpable no necesita pruebas ni requiere de décadas para emitir su fallo, a diferencia de Israel Vallarta y muchos otros que sin sentencia consumen su tiempo de vida en las prisiones, Cuauhtémoc Blanco vive la humillación pública de ser considerado un violador por los que emiten sentencias instantáneas al frente de una pantalla, detrás de un micrófono o blandiendo un texto, tan “justiciera” arremetida abrumará a sus familiares, amigos y copartidarios hasta que deje de ser importante.

La presunción de inocencia no es compatible con los sacerdotes, rabinos y ayatolas que inundan la vida pública en su condición de profesionales del periodismo y de la política partidista, esta especie no necesita de dictámenes periciales, ni de testimonios, ni de pruebas ni alegatos dirimidos frente a jueces por la defensa y la parte acusadora.

Justicia retardada

El fuero puede posponer o evitar en definitiva la labor de jueces, pero no hay fuero contra el otro tribunal más temible que el judicial porque ante él de poco sirven los caros abogados.

A la sociedad gobernada por castas protegidas por fueros no le va mejor, la impunidad que se deriva de semejante privilegio está ampliamente documentada en los archivos legislativos repletos de solicitudes congeladas, mientras que llega el anhelado olvido social. Alito Moreno y Ricardo Anaya dan testimonio de que si bien no pueden poner a salvo su buen nombre, si pueden hacer carrera política y sin que nadie les impida abordar la tribuna parlamentaria con la solemnidad propia de sacerdotes, rabinos y ayatolas cumpliendo la divina misión de decirle a los simples mortales dónde está el bien y dónde está el mal.

La cauda de delitos cometidos al amparo del fuero de Javier Duarte y Tomás Yarrington, eran parte de la conversación pública desde que gobernaban sus respectivas entidades, pero el fuero de que ambos gozaban anuló cualquier control de daños al alcance de los gobernados. Los pueblos tienen que padecer las malas acciones de sus políticos en cargo público hasta que pierdan la protección que les otorga el fuero que, sin duda alguna, cuando se formaba el estado mexicano en el fragor cívico del siglo XIX tuvo su razón de ser.

Eran tiempos en que el fuero protegía la función de estado encomendada, no como ahora, el abuso de poder.

Los michoacanos no recibieron con sorpresa las órdenes de aprehensión contra Silvano Aureoles y cercanos, tampoco a los tamaulipecos les extraña, que Francisco Javier García de Cabeza de Vaca ande escondiéndose dónde puede, debido al fracaso del PAN, en su intentona de darle fuero frustrada por el Tribunal Electoral.

Es tiempo de que los mexicanos tenemos que confiar en que en un futuro la ley alcance a los que tiene que padecer a sabiendas de los males que ocasionan los que abusan de su cargo ¿No es hora de que el pueblo pueda deshacerse del que delinque desde el poder en cuánto se conoce su delito?

El alumno y el maestro

Los Zacatecanos tuvimos recientes “probaditas” del papel que juega el fuero cuando el ex presidente de Guadalupe, Julio César Chávez pudo escapar de la justicia mientras concluía el procedimiento para cancelarle su inmunidad procesal, su acción fue de una ´pedagogía tan ejemplar que otro ex presidente, esta vez de Apulco, repitió la jugada.

Nadie debe tener fuero, todos debemos ser iguales ante la ley, el fuero ya perdió su razón de ser.

El Plan C debe incluir la cancelación de todos los fueros.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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