Lo grotesco

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Ricardo Monreal instaló en el imaginario popular de los zacatecanos algunos nombres a los que en los mentideros políticos se les alude como los “infames”, en el marco de un encuentro con Verónica Trujillo, Gabriel Contreras y Andrés Vera, periodistas digitales, se refirió a varios personajes públicos que nacieron a la vida pública bajo el … Leer más

Ricardo Monreal instaló en el imaginario popular de los zacatecanos algunos nombres a los que en los mentideros políticos se les alude como los “infames”, en el marco de un encuentro con Verónica Trujillo, Gabriel Contreras y Andrés Vera, periodistas digitales, se refirió a varios personajes públicos que nacieron a la vida pública bajo el auspicio del coordinador de Morena en el Senado cuando gobernó el estado, se entiende que el Senador sintió que defraudaron su confianza cuando no lo respaldaron en la enemistad política que mantuvo con la gobernadora Amalia García que accedió al cargo dejando en el camino a Tomás Torres, su favorito, y con Miguel Alonso, al que su grupo apoyó pero con el cual se distanció.

En el contexto preelectoral en que se produjo el episodio, la interpretación que se impuso fue el de que el Senador advertía a su hermano de lo que puede esperar de un grupo de políticos que ha saltado de una lealtad a otra sin ningún titubeo y que ahora conforman la burbuja del por tercera vez aspirante a gobernar el estado, el espectáculo del oportunismo ha sido tan sin rubor, que la senadora Soledad Luévano, cuya lealtad al Senador y frontalidad con la que asume posturas nadie cuestiona, se ha sumado a las voces que condenan la embestida del oportunismo cínico que atestiguamos no solo en Zacatecas sino en todo el país.

El reclutamiento de oportunistas por todos los partidos vive su momento de auge. El menú electoral incluye lo mismo a Paquita la del Barrio que Jorge Hank Rhon. No hay partido grande o pequeño, añejo o de reciente creación que no ande en busca de oportunistas, algunos sin historial en la vida pública y otros con bien ganada fama de corruptos, este circo cíclico empezó a gestarse con las alternancias a partir del gobierno de Ernesto Ruffo en Baja California y se potenció en la medida que municipios, estados y la propia República fueron cambiando de colores partidistas, entrando México a la etapa de políticos sin ideario político, incapaces de externar un pensamiento articulado que ocultan sus carencias culturales contratando quienes escriban por ellos y valiéndose del chayote para cultivar imagen.

Urge vacuna

Lo que tiene de particular el actual espectáculo de oportunismo, es que se produce en un escenario en proceso de reorganización del estado mexicano que implica tensiones sociales inevitables, la cancelación de privilegios y la reorientación social del presupuesto, el combate a la corrupción y el acotamiento a los poderes fácticos genera reacciones mediáticas, políticas y electorales, la gestión pública se hará en condiciones de crisis y crispación social, el asidero de las exportaciones se ve mermado por el colapso económico internacional, los modos de practicar la política de las últimas décadas ya no le funcionan al pueblo.

La clase gobernante de la que aún no se deshace el electorado se acostumbró al despilfarro de recursos públicos, creó aparatos burocráticos costosísimos para atender funciones como las electorales, lo peor de todo es que el dinero invertido no ha servido para mejorar la calidad moral de los políticos

En otros países han contenido la degradación oportunista estableciendo plazos razonables durante los cuales un miembro de un partido no puede ser postulado por otro sin el transcurso de algunos años.

Una contención semejante se pudiera introducir para los que ya ocupando un cargo de elección popular traicionan al partido que los postuló al sumarse a otro. Se necesita que el legítimo derecho a cambiar de filiación política no se convierte en el hábito de la traición,

¿Qué confianza le puede otorgar la gente a quienes practican tan impúdicamente el arte de apuñalar?.

No es nada personal

El senador Monreal, según lo acreditan declaraciones periodísticas vertidas respecto a ese tema, asume que la traición que recrimina se le hicieron a él, discrepo con ese enfoque, en política, tanto las adhesiones y las traiciones son a idearios, a postulados, a doctrinas, a propósitos e intereses colectivos, uno no puede poner en el mismo costal las lealtades y deslealtades personales como las que se registran en la vida amorosa o en los negocios particulares y las lealtades y deslealtades en política.

El momento mexicano es de conciencia crítica colectiva muy alta, al que las “adhesiones” que no se legitiman suscitan desprecio generalizado.

El desenlace electoral es lo de menos, lo importante es ponerle fin al reciclaje de de- formados en los valores del viejo régimen y cuya manera de subirse al barco revela que son árbol que jamás su rama endereza.

Lo viejo y lo nuevo están en tensión, el México que emergerá será moderno, civilizado, inmerso en la cultura de la legalidad.
La congruencia ganará la guerra.

Nos vemos el lunes en Recreo




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