Lamentaciones cíclicas

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Mi convicción es que Zacatecas tiene problemas acumulados en el orden político, social y económico que deben visualizarse no como ejercicio académico sino como guía para reorientar la acción pública.

Cada año por estas fechas la prensa zacatecana se llena de lamentos derivados de la aprobación del presupuesto anual de la federación. Las declaraciones de los actores político confirman la incomprensión de las variables que determinan la derrama de recursos federales en la entidad y la renuncia a revisar autocríticamente el desempeño de la clase gobernante local. Cuestionar tal miopía es muy oportuno porque ya nadie pone en duda que se avecina una o más décadas de inversiones extranjeras y nacionales capaces de aprovechar la ubicación geográfica de nuestro estado.

Esta semana el gobierno del estado da a conocer planes de inversión de una empresa coreana por un monto de 300 millones de pesos que generará 100 empleos. Los polos industriales se saturan, la búsqueda de nuevos destinos es una constante, en los próximos años el “nearshoring” no debe pasarnos de noche.

La exitosa gestión económica del presidente López Obrador demostró que el consumo es motor de crecimiento, los programas sociales, los incrementos salariales y las remesas ya se perciben de otro modo, la descalificación clasista de los programas de bienestar pierde intensidad al acreditar su aportación a la dinámica económica, el mito de que las alzas salariales eren inflacionarias dejó claro el injusto sacrificio de varias generaciones de trabajadores que fueron ofrendadas en el primer tratado de libre comercio como “principal atractivo” y el poder de compra que generan las remesas enviadas a las familias de migrantes se reconocen como fuerte impulso al crecimiento, lejos de la lógica de programas como 3×1 de tan limitados efectos.

El problema de la inseguridad genera dolor humano inconcebible, pero nos equivocamos si vemos en la violencia la causa que explica nuestro rezago económico, hay estados con niveles de violencia más intensos que el que padecemos y sus actividades económicas no se paralizan, pensemos en Tamaulipas, Guanajuato, Quintana Roo para darnos cuenta que nuestro estancamiento obedece a factores que habrá que descubrir.

Cuando se piensa que la violencia ahuyenta al turismo, en mi opinión erramos el diagnóstico, Acapulco, Playa del Carmen, Los Cabos y Puerto Vallarta tienen años generando nota roja y eso no se ha reflejado en la caída del flujo de visitantes.

Adolescencia política

Mi convicción es que Zacatecas tiene problemas acumulados en el orden político, social y económico que deben visualizarse no como ejercicio académico sino como guía para reorientar la acción pública, para eso, debemos dejar atrás la psicología de la excusa, esa adolecente manera de reaccionar en dónde la responsabilidad de nuestros males siempre la tienen otros, sobre todo la federación, por eso es importante que desde el gobierno se asuma que el acceso a las grandes bolsas presupuestales es el de las obras que impacten el desarrollo, quien lo dude volteé a ver al sur, el bajío y el norte donde queda claro que la inversión pública mantiene una relación complementaria y no excluyente con la inversión privada.

El Buen Fin se anuncia del 17 al 20 de noviembre, los comerciantes lo reciben con esperanza.  Tenemos muchos años viendo que ese breve tiempo de auge comercial en Zacatecas no tiene los beneficios que pudiera alcanzar por una simple razón, la burocracia, el sector educativo incluyendo a los profesores universitarios se trasladan a Aguascalientes para surtirse, del mismo modo que una porción importante de zacatecanos acude religiosamente cada quincena.

Desde el gobierno pueden hacerse campañas de concientización de la importancia de que los zacatecanos gasten su dinero en Zacatecas, informando a la población en general que por cada peso recaudado, el estado recibe otro de la federación, cada vez que surtimos gasolina en otro estado, que compramos una chamarra, además de darle vida a un sector comercial que no es el nuestro, estamos poniendo un peso para que el estado vecino reciba otro en el presupuesto anual.

Mentalidad de víctimas que estorba

Lamentablemente, tenemos años escuchando que si no tenemos el presupuesto deseable es porque “el presidente no quiere a Zacatecas” o que “los diputados no hacen nada”, sembrando el absurdo de que el presupuesto de un estado depende de sentimientos o de contar con legisladores iluminados y no de reglas legales, el razonamiento adulto debe remplazar al razonamiento inteligente.

El fomento a la inversión debe incluir compromiso de justicia laboral, cumplimiento de obligaciones fiscales y perspectiva de reinversión, el gobierno debe eficientar la labor burocrática empezando por controlar la tramitología que cuando es excesiva desalienta la apertura de todo tipo de negocios.

Es importante que los zacatecanos gastemos en Zacatecas, debemos fomentar el hábito, pero igual o más de importante es que el gobierno del estado predique con el ejemplo, pues no hay sexenio dónde el favoritismo sea factor de fracaso de los nuestros.

¿Se podrá?

Nos encontramos el lunes en Recreo

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