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El recreo

La responsabilidad municipal

La responsabilidad municipal

José Luis Medina Lizalde.

La activación de la ciudadanía zacatecana exigiendo justicia y seguridad es necesaria para que las autoridades se apliquen a fondo.

J. Luis Medina Lizalde
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12 de enero 2023

De gran impacto la movilización de la población de la comunidad de Chaparrosa, Villa de Cos, Zacatecas, que este 10 de enero detonó bloqueos de dos carreteras federales y suspendió el tráfico cuatro horas en la arteria vial que conecta la capital del estado con Guadalupe.

El día anterior tuvo lugar una manifestación en Chaparrosa gracias a la cual se supo que el 20 de diciembre recién pasado un niño de 6 años fue subido a un vehículo por varios individuos sin que a la fecha se sepa dónde y porqué lo tienen. El blanco de la protesta es, lógicamente, David Monreal, pero los gobiernos municipales tienen un papel que jugar.

El episodio trae a la memoria la movilización de los habitantes de Villanueva, durante la gestión de Amalia García, cuando la oleada de secuestros los hizo bloquear la carretera que conduce desde Zacatecas a la cabecera municipal.

La activación de la ciudadanía zacatecana exigiendo justicia y seguridad es necesaria para que las autoridades se apliquen a fondo, sin embargo, habrá que trascender pronto la etapa reactiva en la que cada vez que se produce un suceso se desata una tormenta mediática de corta duración y se escenifica una protesta por los relacionados de un modo u otro con la víctima o victimas del suceso en cuestión y sin que reciban el apoyo de otros que se movilizaron por motivos semejantes. El descontento es generalizado, aunque aún no supera lo espontáneo.

Solo la ciudadanía movilizada podrá lograr un cambio de fondo en la agobiante situación, se comprende cuando reparamos en la cifra de 495 homicidios en Sinaloa en 2022, año en que en Zacatecas se produjeron más de 1400, cuando hasta hace muy poco tiempo, Culiacán era la ciudad con tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes más alta de América Latina.

Existe el riesgo que las acciones ciudadanas sean estériles si la autoridad las administra mediante “mesas de diálogo” y ladrillos para tapar un pozo cada vez que ahogue el niño, la única manera de evitarlo es la comprensión básica de la complejidad del problema para entender que la inseguridad será fruto de acciones de corto, mediano y largo plazo y de la combinación de esfuerzos de los tres niveles de gobierno.

La ciudadanía da por hecho, y con razón, que los gobiernos municipales no están en condiciones de cumplir con su obligación de velar por la seguridad de sus gobernados, lo que hay que advertir es que su incapacidad se puede remediar.

Para los gobiernos municipales es más cómodo seguir con la incapacidad que hasta ahora es una excusa eficaz, pues las movilizaciones ciudadanas y hasta los medios de comunicación formulan enérgicos reclamos al gobernador y al gobierno federal sin tocar a las autoridades municipales.

Complementación, no remplazo

La creación de la Guardia Nacional sirve para dotar al territorio del país de cobertura policial. La Guardia Nacional complementa, no sustituye a la policía estatal ni a las policías municipales. El tropezón en Zacatecas es que el gobierno del estado no dota a territorio de cobertura policial, le faltan elementos, patrullas, equipo. Ninguno de los 58 municipios de la entidad cuenta en sus poblaciones con cobertura policial municipal.

La Guardia Nacional se conforma con elementos foráneos, itinerantes y con mandos rotativos, su función es disuadir y enfrentar. La policía estatal se integra básicamente por residentes en Zacatecas y Guadalupe, son itinerantes dentro del estado y sus mandos son rotativos. La policía municipal salvo excepciones, se conforma por habitantes de la propia población, lo mismo que sus mandos. Al policía municipal llega información que circula en barrios y comunidades de manera natural, sabe dónde vive la gente y a que se dedica o le es fácil averiguarlo, detecta individuos y vehículos extraños.

Policías municipales, imprescindibles

Un policía municipal de Víboras, Tepetongo, hubiera podido reportar que en la carretera que parte en dos su comunidad una banda de delincuentes instalaba retenes nocturnos con poncha llantas y todo, y que fue en uno de esos dónde fue acribillado el vehículo en que viajaban tres mujeres y un varón que el 25 de diciembre iban rumbo a Colotlán  y …..que se oyeron gritos.

El policía municipal es indispensable en la gran batalla contra la inseguridad, sabemos que ahora son pocos y están en la indefensión.

También sabemos que los políticos municipales encontraron cómoda excusa para no revisar el gasto de cada peso, a quién y para que función se le dota de vehículo y combustible, cuanto personal innecesario, cuantos viajes prescindibles y cuantas obras pagadas por encima de su costo real.

La corrupción es aliada natural del crimen organizado, luchar por la seguridad es, políticamente hablando, luchar contra la corrupción.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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