La dictadura de los influyentes

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La prolongada época de dictadura de los influyentes no hubiera tenido lugar sin un poder judicial sigiloso que incubó la mentalidad de servir al poderoso como fórmula de ascenso de connotados juzgadores.

Gracias a Salinas Pliego los mexicanos podemos entender lo decisivo que es para el destino culminar la separación del poder político del económico.

A diferencia de cuando ordenó a sus escoltas apoderarse de las instalaciones de telecomunicaciones en el “Cerro del Chiquihuite “en el marco de su disputa con el Canal 40, ahora el poder público no se le arrodilla y hace respetar la ley.

La historia de la concesión del campo de golf “Tangolunga” refleja la esencia del régimen secuestrado por las élites, Salinas Pliego recibe el regalo de Felipe Calderón en agosto del 2012 para un plazo de 10 años, la desatención al interés público es evidente, el estado no recibió contra prestación y por el contrario con los impuestos se costeó su mantenimiento, además de tolerarle que los prados se irrigaran con cientos de pozos de agua potable en vez de agua tratada.

El club de súper ricos del que forma parte resiente el descrédito que la conducta de Salinas Pliego  acarrea, pues mientras que la mayoría aceptó que llegó a su fin la época en que evadían pagar impuestos, Salinas Pliego pone en acción a sus contadores y abogados para que sus empresas no paguen lo que la ley ordena.

La trayectoria del magnate belicoso sería imposible sin la corrupción del régimen que todo le toleró, adquirente de los canales de televisión del estado mexicano 13 y 7, desde el principio mostró su vocación por la ventaja ilegítima, pues pudo ganarle la partida a otros interesados gracias al préstamo de casi 30 millones de dólares que le hizo Raúl Salinas de Gortari cuando su hermano era presidente. Desde entonces, ha usado su poderío comunicacional para potenciar sus empresas y mantener a raya a servidores públicos insuficientemente dóciles.

La prolongada época de dictadura de los influyentes no hubiera tenido lugar sin un poder judicial sigiloso que incubó la mentalidad de servir al poderoso como fórmula de ascenso de connotados juzgadores, es de desear que nunca más queden fuera de los reflectores sociales los actos de jueces, magistrados y ministros.

Los suyos no lo siguen

El presidente López Obrador anticipó que promovería la separación del poder político del económico , solo de ese modo se eliminaría la tiranía de los influyentes que dónde existe anula el estado de derecho, reafirmando la visión de los constituyentes de 1917 al recuperar el principio de la supremacía del interés público sobre el interés general, lo que no significa ruptura con el sector privado sino congruencia con el papel que a cada quién le corresponde, de ese modo, López Obrador logra la colaboración empresarial en momentos cruciales como el de la pandemia o para tomar decisiones estratégicas con sentido social como la fuerte recuperación del poder adquisitivo del salario y la estrategia de contención de la inflación.

El empresariado mexicano experimenta las ventajas de la reorientación económica hacia el mercado interno, la fortaleza del peso frente al dólar, la reactivación generada con obras de infraestructura de gran calado, el no incrementar la deuda ni los impuestos y la construcción de relaciones de interdependencia dentro del mayor mercado del mundo con Estados Unidos y Canadá, por todas esas razones, Claudio X y Salinas Pliego no reflejan al sector al que pertenecen.

Salinas Pliego no cuenta con el acompañamiento de la élite empresarial en sus batallas con el régimen de López Obrador, lo que lo obliga a sacrificar la credibilidad de sus noticieros al hacerlos partícipes de campañas contra el libro de texto gratuito y ahora a favor de la libertad de poseer y portar armas a imagen y semejanza de los Estados Unidos, todo como ejercicio de presión sobre el gobierno.

El presidente resiste por el enorme respaldo popular a sus medidas

El hecho de comunicar cada paso y explicar cada situación le ha permitido no ser vulnerable al poder manipulador de medios de comunicación, sienta precedentes que no podrá eludir la persona que lo suceda en el cargo y desata mecanismos de presión ciudadana sobre gobiernos extranjeros que resienten que las mañaneras sean ampliamente atendidas por sus respectivos gobernados, mismos que demandan una atención similar de parte de sus gobernantes.

El reto inmediato es que la abolición de la dictadura de los influyentes dependa menos de la voluntad de quién ocupe la presidencia y más de las instituciones debidamente reformadas, para ello hay que partir de reconocer que en los municipios y en los estados existe, guardando las proporciones, la dictadura de los influyentes.

Si como López Obrador los gobernantes se hacen acompañar del pueblo, los Salinas Pliego serán especie de inminente extinción.

La dictadura de los influyentes es la negación contundente, irrefutable, del estado de derecho.

Nos encontramos el jueves en Recreo

@[email protected]




Más noticias


Contenido Patrocinado