La continuidad es mejora, no repetición

Del mismo modo que cuando López Obrador estuvo en la presidencia, los contrarios a Claudia Sheinbaum se engañan con la verdad, parten de premisas falsas que conducen a conclusiones falsas.

En eso basan sus estrategias con los resultados conocidos.

Siembran el engaño de que López Obrador es poder tras el trono y que Claudia maniobra para sacudirse a los que antes llamaron “emisarios del pasado” por su supuesta subordinación a un ex mandatario.

No les pasa por la cabeza que la continuidad del proyecto fue avalada en las urnas, que explícitamente la presidenta se comprometió a hacer realidad el “segundo piso” de la nueva edificación institucional, algo que nunca había pasado en nuestra historia.

La continuidad, como estrategia de fondo, choca con creencias que de tanto repetirse terminan por convertirse en dogmas, como los de que para apropiarse de los hilos del poder hay que cometer “parricidio” político respecto al antecesor y de que la gestión presidencial debe orientarse en dirección contraria a la del pasado inmediato (Teoría del péndulo).

La continuidad de una misma visión en la conducción de un país es la que permite concretar las metas explícitas de un proyecto de nación a pesar de lo cambiante de las circunstancias, lo sabe la Alemania de Ángela Merkel, los Estados Unidos de Roosevelt, la Rusia de Putin y el México de Porfirio Diaz, países con continuidades emblematizadas por la misma persona al frente.

La particularidad del caso mexicano es que la continuidad de una misma persona no es viable desde la muerte de Álvaro Obregón, cuyo asesinato, en 1928 siendo presidente electo por segunda ocasión, inspiró la definitividad de la no reelección continua o discontinua del presidente de la república.

Del mismo partido que mantuvo el gobierno en forma consecutiva durante más de setenta años surgieron gobiernos de orientación popular como el de Lázaro Cárdenas o de acentuada inclinación a las élites como el de Miguel Alemán, lo que dio origen a pensar que la estabilidad dependía del péndulo.

La alumna superará al maestro

Claudia Sheinbaum encabeza el segundo piso del proyecto sustentado en la convicción de que “Por el bien de todos primero los pobres” y explícitamente comprometido con “No robar, no mentir y no traicionar al pueblo” como horizonte de comportamiento exigible por la ciudadanía a su clase política.

En el primer año de gobierno la presidenta no solo conservó intacta la base social del movimiento obradorista sino la hizo crecer, hoy es fácil encontrar gente que nunca digirió a López Obrador pero que si se identifica con Claudia, confirmando que la propuesta de continuidad del proyecto  ha sido internalizada lo suficiente como para constituir la fortaleza de su liderazgo que le es reconocida internacionalmente.

Los “analistas” andan a la pepena de “señales” del “feroz” enfrentamiento de obradoristas y claudistas, induciendo a los opositores a cifrar sus esperanzas en el rompimiento interno de la fuerza política que los desplazó, soñando con un desenlace como el sufrido por el alguna vez invencible movimiento liderado por Evo Morales en Bolivia, omitiendo el pequeño detalle que la histórica derrota la provocó el fracaso de la gestión de Luis Arce, no el duelo de egos, algo que no está sucediendo en México por más que la propaganda opositora se empeñe en hacer creer.

La aceptación masiva de las continuidades depende de que las mismas reflejen que se mejora lo existente, en ese sentido, hasta los opositores se ven obligados a admitir mayor contundencia de Claudia en el combate al crimen organizado que la mostrada por López Obrador.

Admiten también mejores resultados que su antecesor en el tema de la salud, tampoco pueden negar una relación más fluida y exenta de conflictos con el sector privado mexicano y extranjero.

La política social no solo conserva sino mejora con nuevos programas.

En la inevitablemente tormentosa relación con Trump no solo se mantiene el nivel de éxito de López Obrador, Claudia lo consolida como impulso para adquirir el liderazgo internacional que se le reconoce.

La mañanera incrementa en cantidad y calidad el público heredado mediante un perfeccionado formato.

La administración pública mantiene la línea de austeridad al mismo tiempo que adquiere niveles técnicos sin precedente.

La obra ferroviaria se expande desde el sur, la recaudación fiscal es superior a la anterior, el combate a la impunidad adquiere sustento tecnológico sin precedente.

Autocrítica honesta permanentemente

Mientras la gente perciba que la continuidad es mejora y no repetición la seguirá apoyando.

Los problemas sociales no brotan por generación espontánea, las soluciones tampoco.

La continuidad de un proyecto depende de la capacidad para autocorregirse de los que lo enarbolan.

Siempre hay que deshacerse del lastre que se acumule, sin concesiones autodestructivas.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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