Inmoralidad confesa

El ideólogo del prianismo Jorge Castañeda escribe un artículo en Nexos en dónde recomienda usar la sangre derramada por las víctimas del crimen organizado como el caballito de batalla para hacer avanzar a Xóchitl Gálvez, lo dice en la forma más descarnada, como para que lo entiendan bien que la violencia en México constituye “una oportunidad para la oposición” y para que no quede dudas “¿Cómo es posible que los muertos, las masacres, las fosas comunes, puedan constituir una oportunidad política para alguien? y el mismo se contesta ”pues sí”.

En su artículo titulado “Es la seguridad, stupid¡” recomienda lo que es una práctica constante cada vez que se producen hechos de alto impacto, como los podemos apreciar en muchas publicaciones y en piezas oratorias en las cámaras legislativas federales y locales, reflejando en Castañeda al típico “intelectual” vendedor de obviedades.

En mi opinión eso ya no sirvió, la oposición se ha valido de la prensa para sacarle raja política a cada suceso criminal sin resultado alguno, así lo demuestra la enorme ventaja en las preferencias electorales de Claudia Sheinbaum y las victorias previas de esa misma fuerza política en 23 estados de la república y un sinnúmero de municipios en el mismo período en que la violencia es usada como arma política por la oposición.

En mi opinión, el antiguo comunista ahora derechizado, refleja el equívoco mayor de la alianza construida por Claudio X que consiste en pensar que un problema debe ser usado por la oposición para destruir al adversario sin tomarse el trabajo de elaborar la propuesta de solución correspondiente, sobre todo, cuando el pueblo mexicano tiene décadas de sufrir la violencia multiplicada por la torpeza de Calderón.

Lo que es verdad es que el tema de la seguridad debe estar en el centro de la reflexión colectiva y que la clase política tiene que esforzarse al respecto, empezando por dejar de atender el uso político electoral del tema para ir en pos de soluciones al alcance del esfuerzo y decididos a dar la cara ante el problema.

La receta Castañeda en Zacatecas

El asesinato del presidente de la Unión Ganadera Regional de Zacatecas el lunes 18 del presente se da en un contexto de sometimiento de los ganaderos a la extorsión por cada animal que comercializan, la economía ilegal se extiende en el estado afectando gravemente el entorno productivo.

La siembra y trasiego de drogas que son visibles en nuestra entidad desde los años setenta, pero desde hace poco más de quince años se diversificaron los delitos, las carreras de caballos, peleas de gallos, la usura, el control de las ferias y fiestas patronales, el secuestro, el cobro de piso y otras actividades delictivas se convirtieron en fuentes alternas de ingresos de las bandas narcotraficantes.

La clase política local, una vez pasado el azoro, empezó a aplicar la receta Castañeda y en declaraciones en los medios y mediante intervenciones en la tribuna legislativa se empezó a hacer cera y pabilo con el gobernante en turno usando “las muertes, masacres y fosas comunes” más los desplazados y desaparecidos, para debilitar a los rivales políticos, sin meterse al tema para construir soluciones alternativas, tal como debe hacer toda fuerza político electoral.

La receta Castañeda le generó a Zacatecas una afectación económica significativa, algunos empleadores trasladaron sus establecimientos a otras entidades, otros que los mantienen en la entidad los dirigen a control remoto, merman los flujos estacionales de visitantes y lo que quizás sea lo peor: Seguimos pasivos ante la violencia, esperanzados en que se acabe sola.

Los criminales conocen la receta Castañeda desde antes de que él la descubriera, saben que sus acciones benefician o perjudican a determinados políticos y cuando están “apalabrados” con un presidente municipal o gobernador no solo no alteran la paz, sino que ellos mismos castigan al que se “pasas de rosca”.

Repudiemos el uso electorero

Los acontecimientos violentos de los próximos meses serán usados electoralmente con más intensidad como les aconseja Castañeda, aunque los efectos en los votantes no serán, como no han sido, los que buscan.

No obstante, los mexicanos debemos discutir con amplitud la política de seguridad ¿Debe fortalecerse la atención a las causas?

¿Las fiscalías están dando el ancho? ¿El poder judicial que tenemos es garantía de no impunidad?

¿Las leyes al respecto son adecuadas? ¿El sistema penitenciario recicla delincuentes? ¿Tenemos policías confiables?

La barbarie que terminó con la vida de los jóvenes de Salvatierra Guanajuato debe conminarnos a luchar por el retorno de la paz social en todos los rincones de México, las causas de la descomposición son variadas, también las respuestas.

Lo cierto es que la receta Castañeda además de inmoral, es inútil.

Nos encontramos el lunes en Recreo

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