Impotencia

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Con motivo de entrevista, acudió a mi domicilio el secretario de Seguridad del Gobierno de Zacatecas, Arturo López Bazán. Minutos antes, elementos a su servicio inspeccionaron el sitio desde donde transmito en Facebook. La entrevista se realizó con la presencia, además de la responsable de comunicación bajo la atenta mirada de un elemento de seguridad, … Leer más

Con motivo de entrevista, acudió a mi domicilio el secretario de Seguridad del Gobierno de Zacatecas, Arturo López Bazán. Minutos antes, elementos a su servicio inspeccionaron el sitio desde donde transmito en Facebook. La entrevista se realizó con la presencia, además de la responsable de comunicación bajo la atenta mirada de un elemento de seguridad, afuera, como en anterior ocasión, los vecinos de mi barrio se percataron del operativo de seguridad, ¿Cómo llegamos a esta situación?

Zacatecas es nota nacional por los baños de sangre y delitos de alto impacto que forman parte de nuestra realidad desde que la ansiedad de legitimarse de Felipe Calderón lo indujo al mayúsculo error de buscar la legitimación por una acción no consultada a los que el mismo colocó, diez días antes del envío masivo de militares a Michoacán y otros lugares para generar lo que se conoce como “Efecto cucaracha”, expandiendo la presencia de bandas y propiciando la incorporación de secuestros para financiarse, delito que hasta entonces corría por bandas ajenas al tráfico de drogas (El mocha-orejas es buen ejemplo).

Los mexicanos tenemos acumulada la experiencia suficiente para darnos una idea de lo que no funciona y lo que hace falta para que el Estado Mexicano cumpla con eficacia su deber irrenunciable de darnos seguridad, lo primero que debemos reconocer es que la motivación inicial fue política partidista (Legitimar el fraude como Salinas De Gortari con La Quina) y no una decisión de estado, circunstancia que envolvió a la prensa y a los políticos de diverso signo que siguen sin entender que lo que es un asunto de estado, lo que se traduce en que cada vez que ocurre un hecho delictivo de gran escala, unos culpan a alguno de los tres niveles de gobierno que no coincida con su simpatías políticas “arropando” al que es de su predilección, en ese tratamiento de la dinámica criminal incurren columnistas de los que uno esperaría más distancia con las filias y las fobias a la hora de hacer periodismo.

La participación del pueblo en la lucha contra el crimen organizado reclama liderazgo institucional, en ese sentido, creo insuficiente aunque necesario el suministro de datos estadísticos en “la mañanera”, ha faltado la voz clarificadora que combata el estereotipo de “abrazos no balazos” a partir de una expresión de Andrés Manuel López Obrador en debate entre candidatos a la Presidencia como respuesta a la conminación del “Bronco” a intercambiar abrazos entre los candidatos presentes.

Tal distorsión ha servido para atribuir inacción deliberada al gobierno federal cada vez que sucesos como los de Zacatecas y Reynosa estremecen la conciencia nacional.

El combate a la principal fuente de inseguridad que representa al crimen organizado, la lucha no es federal, ni estatal ni municipal sino de los tres niveles y con el concurso de la sociedad, insoslayable también la dimensión extra-fronteras por la provisión de clientela, insumos, armas y circuitos de lavado de dinero, para los simples mortales lo que está a nuestro alcance es no seguir tolerando la evasión de responsabilidades echándose unos a otros “la bolita”.

Sin lo local no es posible

El reto no es el mismo para un estado que como Aguascalientes tiene concentrada a su población en alta proporción, tampoco es idéntico a los estados con costas ni a los de las fronteras norte y sur, ese dato elemental es suficiente para dimensionar el error cometido desde lo local al reclamar todo de la federación desde que Felipe Calderón produjo la metástasis criminal.

En Zacatecas los grupos criminales se cuidan de otros grupos criminales, no de las fuerzas de los tres niveles de gobierno porque las saben insuficientes y descoordinadas, se dan el lujo de ser poquiteros con los elementos de gobierno que sobornan, saben que mientras 50 municipios dispongan cada uno de menos de 10 elementos y 5 de menos de cinco, las corporaciones estatales y la Guardia Nacional no pueden ser efectivos porque son foráneos itinerantes que dependen de lo que los policías municipales, únicos fijos en territorio, aporten para el conocimiento genérico y situaciones emergentes.

Si falta dinero, que sobre inteligencia y voluntad

Es evidente que no operan protocolos de reacción inmediata para autoridades municipales que echen andar operativos de respuesta desde un comando central, (policías desaparecidos que son reportados hasta que su familia lo hace).

El secretario de Seguridad Pública, López Bazán, diseño un esquema versátil de denuncia ciudadana anónima que no será eficaz mientras no se difundan los números telefónicos y direcciones cibernéticas que lo conforman ¿Cuesta mucho poner cartulinas en cada edificio municipal y espacios para espectaculares en carreteras?

Quienes no conciben soluciones más que con dinero suficiente no son aptos para encabezar pueblos en situaciones críticas y violentas, sépanlo los entrantes.




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