Fiscal exhausto

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La crisis de la justicia en Zacatecas, al igual que en el resto del país, es crónica.

Se va el Fiscal general del estado de Zacatecas, lo hace en un contexto marcado por la fragmentación de la legislatura local, misma que será la responsable de procesar el relevo y que ha dado múltiples muestras de incapacidad para construir consensos, esperamos que entiendan.

La crisis de la justicia en Zacatecas, al igual que en el resto del país, es crónica. La circunstancia de que la abrumadora mayoría de los justiciables sean pobres ha propiciado el abandono presupuestal del órgano de estado responsable de la persecución del delito, habiéndose convertido en la excusa favorita de las resoluciones judiciales aberrantes.

La profesionalización de sus diversas áreas es un anhelo que frecuentemente choca con excesivas cargas de trabajo y precarias condiciones del mismo. Las instalaciones actuales de la fiscalía no son resultado de un plan específico para el mejoramiento de la procuración de justicia como lo prueba el hecho de que varios años después de inauguradas siguieron realizando autopsias en el panteón municipal de Fresnillo y que con frecuencia se alquilaran camiones refrigerados para guardar cadáveres.

La atención pública en los últimos años se centra en los delitos de alto impacto para evaluar el desempeño de la fiscalía. Los homicidios intencionales, feminicidios y secuestros acaparan la cobertura mediática en detrimento de delitos del orden común que laceran aún más la vida de la gente como son el abigeato, robo domiciliario, la extorsión. Lo deseable es que los reflectores abarquen los delitos de corrupción público y de cuello blanco también.

Los servicios periciales son rebasados por la demanda, falta personal, equipo y condiciones de permanente capacitación.

La ausencia de la academia jurídica en la reflexión pública del estado de cosas en la justicia zacatecana no ha propiciado la asimilación de las líneas avanzadas en la materia procedentes de la Fiscalía General de la República y de la Fiscalía de la Ciudad de México con las cuales sería factible convenir formas de colaboración más allá de lo rutinario.

El aprovechamiento de prestadores de servicio social de las escuelas de derecho, psicología, medicina y otras áreas pudiera ofrecer una aún poco explorada vía de optimización de la productividad.

Combatir la corrupción

La renovación de mandos en la fiscalía es la oportunidad para ampliar los horizontes de manera tal, que asuma como prioridad el combate a la corrupción pública. La pasividad que se muestra ante la estafa legislativa describe una política de procuración de justicia que rehúsa enfrentar los casos espinosos, desperdiciando la oportunidad de saneamiento público que brinda la revelación del diputado local Ernesto González Romo, quien con todo valor civil presentó la denuncia correspondiente.

Ameritaría todo un tratado analizar la corrupción en Zacatecas de los últimos decenios para advertir la cadena de complicidades, omisiones y encubrimientos que han dado como resultado que obras de mediano impacto no cristalicen o su realización consuma infinitamente más tiempo que el previsto.

Fracasos con tanta repercusión social como el del ISSSTEZAC, al no tener el tratamiento penal que se deriva de los datos que han salido a la luz (Desvió de millones de pesos del fondo de pensiones) son el mejor estímulo a la repetición de conductas que lesionan el interés general.

La fiscalía ha sido la gran ausente en el combate a la corrupción en un momento histórico en que los mexicanos lo tenemos conceptuado como el mal del que se originan los otros males.

En Tamaulipas, Morelos y otros estados el hecho de que el período del fiscal sea transexenal convirtió a los fiscales en celosos protectores de los exfuncionarios del equipo del que brotó el nombramiento, aquí la inacción es general, no se conoce una política consistente de combate a la corrupción en los niveles estatal y municipal

Las fiscalías pueden degenerar en bastiones del poder político, ahí está el elocuente ejemplo de Uriel Carmona, poderoso fiscal del estado de Morelos que ha cuidado los intereses del exgobernador Graco Ramírez y nucleado a su alrededor legisladores, jueces, dueños de medios de comunicación y empresarios para que mantenga el cargo con todo y proceso penal por encubrimiento de feminicidio.

Ejemplo internacional: En Guatemala, es la Fiscal general la que encabeza una estrategia golpista contra Bernardo Arévalo, presidente electo.

Exploremos alternativas

La transformación en sentido democrático de nuestro país debe aterrizar en una renovación del orden jurídico que otorgue control ciudadano de las instituciones públicas como las fiscalías, en la ciudad de México funciona un Consejo Ciudadano que evalúa el desempeño y que emite opinión a la hora de ratificar, en otros países, las fiscalías son electas por los ciudadanos sin la participación de partidos políticos y mediante riguroso perfil

Es hora de contar con la imaginación legislativa nutrida por el conocimiento del derecho comparado.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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