Empoderar a los gobernados

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

La inercia impuso el control castrador de la sociedad de parte de una clase política que ignora el enorme potencial de soluciones que genera el empoderamiento político de los gobernados bajo esquemas democráticos. La diferencia entre unos países y otros en la contención de la epidemia reside en la disciplina social construida a partir del … Leer más

La inercia impuso el control castrador de la sociedad de parte de una clase política que ignora el enorme potencial de soluciones que genera el empoderamiento político de los gobernados bajo esquemas democráticos.

La diferencia entre unos países y otros en la contención de la epidemia reside en la disciplina social construida a partir del territorio y la actividad, gracias a lo cual es fluida la información de arriba a abajo con su retroalimentación correspondiente y la implantación de servicios como el sanitario con supervisión comunal o vecinal.

El poder de un sindicato se traslada a una cúpula controladora cuando sus miembros no tienen asambleas de libre discusión y libre decisión; esa ausencia derivó en el rufianismo encarnado por dirigentes que oprimen más a los trabajadores que los mismos patrones.  Los ejidatarios perdieron su fortaleza a la hora de protegerse del despojo cuando abandonaron las asambleas de un domingo de cada mes y muchos vieron a sus líderes recibir prebendas a cambio de negociar la tierra ante fraccionadores y empresas mineras, los organismos empresariales carecen de vitalidad real en la medida en que sus integrantes no concurren a discutir y decidir libremente.

En Zacatecas una gran cantidad de asociaciones perdieron relevancia e impulso cuando la asamblea dejó de ser la máxima instancia de libre deliberación y decisión para caer en la esfera de la maniobra controladora, la Unión Ganadera es un caso como varios otros.

El poder público estructura su relación territorial con los gobernados en el medio rural mediante la figura del delegado municipal y en el medio urbano con los presidentes de los comités de participación social, la clase política tradicional terminó convirtiendo a los originalmente representantes de gobernados, en representantes de gobierno.

Los banqueros anuncian que no están de acuerdo en sacrificar una parte de sus utilidades para auxiliar a los deudores conforme al plan del gobierno federal y dicen que están dispuestos a atender a los deudores siempre que sea de uno por uno, no quieren enfrentarse a deudores empoderados mediante la organización como lo hicieron los del Barzón Nacional y otros deudores de la Banca. Semejante criterio es idéntico al de los políticos tradicionales que no solo no auspician la organización de los gobernados en función de su actividad o territorio, sino que anulan los embriones pre-existentes mediante sutiles o burdas acciones de cooptación.

Políticos para tiempos difíciles

La brutal caída del nivel de vida de amplísimos sectores en el mundo tendrá múltiples evoluciones.  Algunos países saldrán de la fase crítica sin padecer inestabilidad, otros vivirán turbulencias en distinto grado, en ese contexto, las elecciones de 2021 son la oportunidad para que los gobernados empujen hacia el relevo de los políticos que prefieren a una sociedad controlada que a una sociedad organizada.

La drogadicción, el pandillerismo, embarazos de adolescentes, alcoholismo y demás males sociales son problemas que los habitantes de colonias populares quieren atender, pero no encuentran modo. Si se organizan y deliberan para mejorar su entorno en forma permanente puedan demandar y recibir la acción de la institucionalidad pública para poner en práctica acciones transformadoras que han probado su eficacia en otras partes.

La clase política se acostumbró a gastar dinero irreflexivamente debido a la facilidad para obtener préstamos, tiene una mentalidad en que sin dinero no hay solución a nada despreciando las ventajas de la eficiencia, el ahorro, la organización y la creatividad, la usura internacional hizo olvidar a esos políticos que la historia de México es más de carencias que de abundancia y que aún con eso, los mexicanos hemos construido un país con mucha vitalidad. ¿Estarán conscientes de que dispondrán de menos personal y más tareas, que les tocará dar la cara ante el lógico descontento por las cancelaciones inevitables? ¿Tendrán la honestidad de hacerse a un lado si son de los que se les cierra el mundo cuando no hay dinero?  Los tiempos que vienen habrán de demandar al tipo de políticos que saben encontrar soluciones hasta debajo de las piedras y que por eso son venerados. Miguel Alemán fue titular de una presidencia rica y jamás recogió el cariño popular que sí inspiró Lázaro Cárdenas, presidente en tiempos de agudas carencias.

 Mejores políticos, posibles y necesarios                 

No es gratuita la cultura política que prioriza el control y no el empoderamiento de los gobernados, cuando la gente toma conciencia de su poder lo ejerce y se convierte en pesadilla de políticos que mienten, que roban y traicionan la confianza siendo negligentes y abusivos, de ese modo el político crece al esmerarse y la calidad de los gobernantes es infinitamente superior.

Las rutinas con las que se gobierna Zacatecas se agotaron, lo que viene es otro boleto.

Nos encontramos el jueves en El Recreo




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