El Recreo: La corrupción local al banquillo

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda sostuvo un encuentro con legisladores locales de Chihuahua abordando el tema de la importancia de que los congresos locales combatan la corrupción pública, hecho significativo en un contexto en el que la expectación se concentra en el relevo del Gobernador … Leer más

Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de inteligencia financiera de la Secretaría de Hacienda sostuvo un encuentro con legisladores locales de Chihuahua abordando el tema de la importancia de que los congresos locales combatan la corrupción pública, hecho significativo en un contexto en el que la expectación se concentra en el relevo del Gobernador dejando en un segundo plano la entrada en funciones de una nueva legislatura, así pasa en Zacatecas, como si los ciudadanos nos hubiésemos resignado a que los diputados representen intereses del gobernador en turno o de cúpulas partidistas bajo un esquema de negociación en las sombras; sin embargo, ningún esfuerzo de consolidación democrática puede prescindir de un poder legislativo funcionando con autonomía respecto a otros poderes pero con subordinación a la ciudadanía que los eligió conforme al esquema jurídico que lo regula.

Para que los congresos locales sean eficaces contra la corrupción se requiere gozar de respetabilidad, es decir, que la corrupción de sus integrantes no los prive del respaldo popular que los haga fuertes frente a los corruptos con poder económico y político.

Un factor importante en el subdesarrollo del poder legislativo es el esquema organizativo que entroniza la simulación, la calendarización de actividades ordinarias consume al año solo ocho meses de doce para la mayoría de los integrantes de cada cámara y descarga a la pequeña minoría que se queda de guardia de gran parte actividades.

El trabajo de comisiones previsto en la norma es mínimo (dos sesiones al mes en Zacatecas) y, no obstante, es fama pública que un porcentaje alto de las mismas sesiona “cada venida de obispo”, las jornadas de sesiones plenarias y de comisiones carecen de regulación eficiente, de manera tal que se puede acudir, pasar lista y luego salirse al cotorreo, comisionando a alguien a estar pendiente para que no se le pase alguna votación para después reanudar el cotorreo, no faltan legisladores cuya rutina es asistir al pase de lista en plenarias y comisiones para luego desaparecer.

Un poder sin poder

Los legisladores del Siglo XIX desde el primer Congreso constituyente hasta la etapa inicial del Porfiriato le dedicaron tiempo completo a su función, eran tiempos en que acudir desde el lugar de origen a la Capital de la República significaban muchos días de camino accidentado y riesgoso por la frecuencia de los asaltos, legisladores como los de Zacatecas se privaban de visitar a su familia por largas temporadas y su dedicación a la tarea era total (García Salinas es un ejemplo recuperado por Don Jesús Reyes Heroles en su Historia del Liberalismo Mexicano).

El Siglo XIX es el siglo del brillo parlamentario en México, el debate político tuvo como escenario estelar el Congreso Federal, allí se diseñó perfiló el estado mexicano contando también con los nutrientes de entidades (Juicio de amparo). Los vibrantes discursos de centralistas y federalistas y de conservadores y liberales gestaron la mejor etapa del periodismo parlamentario de nuestra historia dando a los mejores tribunos un eco social que hoy no logran con todo y los recursos empleados para su difusión.

Porfirio Díaz coexistió en sus primeros años con un poder legislativo con vocación autónoma, convirtiéndolo después en extensión de su voluntad, con buen olfato detectaba “al gallo que quería maíz” con éxito tal que solía referirse a las camadas legislativas como su “manada de caballos”.

Hoy el debate parlamentario no logra la atención de los asistentes a sesiones, la tribuna se ocupa para leer textos elaborados por empleados, las participaciones espontáneas son ocasionales, la confrontación de proyectos y visiones propia de una sociedad de diversidad de pensamiento no ha tenido continuidad después del primer siglo de nuestra república.

La relección consecutiva de los legisladores se justificó en el afán de profesionalizar la función legislativa, nos equivocamos, no alcanzamos el mejoramiento legislativo prometido, los rezagos, incumplimientos y la lluvia de banalidades con formato de producto legislativo siguen en auge, no se religen los que hacen mejor su trabajo, sin embargo, mal haríamos si renunciamos a contar con un auténtico poder legislativo vigoroso, productivo, actualizado, escenario de debates informados donde brillen inteligencia y patriotismo, pero hay que reconocer que la relección no sirvió para ese propósito.

El buen juez por la casa empieza

Los congresos locales pueden ser valiosos aliados contra la impunidad que hace eterna la corrupción.

Hay mucho por hacer en todos los frentes. La revisión imparcial y honesta del pasado, no facciosa, podrá ubicarnos en el carril del progreso fortaleciendo la prevención y castigo legal a los que desde posiciones de poder se hicieron de riqueza oculta y mal habida.

Si Monreal no predica con el ejemplo fracasará, si la próxima legislatura no limpia la casa, fracasará. Pronto sabremos si dan el ancho.

@luismedinalizalde | [email protected]




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